Valencia, que se remontará en una Mestalla vacía .

Tan pronto como el partido de San Siro terminó el 19 de febrero, con el 4-1 respaldado por Atalanta aún caliente, Valencia se entregó a la magia de Mestalla para un regreso que, el martes, antes de la expansión del coronavirus, Tendrás que buscar en un estadio vacío. Un gran desafío para un equipo que en los últimos tres meses ha trabajado solo gracias al aliento de sus stands con la toma de un lugar en cuartos.

En principio, solo el personal esencial ingresará al estadio para jugar el partido. La única excepción es la de los operadores de señales de televisión y posiblemente algunos fotógrafos de la UEFA. Desde casi cincuenta mil personas hasta poco menos de 200.

Oficialmente, la decisión fue tomada por el Departamento de Salud Pública de la Generalitat, pero, como nos recordó la Ministra Ana Barceló, está siguiendo la recomendación del Ministerio de Salud de que todas las autonomías deberían participar.

El criterio inicial era que los juegos en los que una gran afluencia de fanáticos del norte de Italia se jugara a puerta cerrada, ya que esta es una de las áreas más afectadas por el virus. Pero el baloncesto de Valencia no se usó el viernes pasado para cancelar las 74 entradas que había vendido en su partido contra Armani Milán, ni en Valencia el decreto del gobierno italiano que impide la llegada de partidarios de Atalanta, prohibió abandonar regiones como la de Lombardía, de donde es originario, excepto por motivos de trabajo de emergencia, como el que permitía viajar a los jugadores.

Salida de tono uniforme

Ninguna autoridad sanitaria ha explicado cuál es el nuevo criterio, una situación que ha provocado poco debate. Hay cosas que el público puede no entender, explicó el ministro que insistió en que todo obedeciera lo que dice el departamento y la evidencia científica.

La solicitud no deseada de Parejo de abrir Mestalla en presencia de turistas italianos en la ciudad para las Fallas ha sido ignorada. Hemos dejado la piel por el escudo y ahora no nos vamos a quedar sentados mientras otros pisotean, dijo el capitán.

Su reflexión en las redes sociales fue la única voz en Valencia. Ningún representante habló y, de hecho, el club convenció a la UEFA de aplicar su protocolo específico y suspender las conferencias de prensa anteriores y posteriores. El único que lo ignoró fue Papu Gómez, el motor argentino del equipo italiano, para llamar a un payaso periodista que le hizo preguntas sobre el partido en el aeropuerto.

Más allá de no tener el empuje de las gradas, Valencia tiene que enfrentar otros problemas. El primero, su debilidad defensiva contra uno de los equipos más llamativos de Europa. Sin Garay (lesionado) y Paulista (sancionado), los Celades pueden apostar por la conversión de Coquelin y el acompañamiento de Diakhaby o por una defensa de tres con dos lados a sus lados. El segundo será marcar al menos tres goles sin Maxi Gómez. Al menos. Él recuperó a Rodrigo. Si finalmente firmas el regreso más extraño de tu historia, los gritos de los jugadores se escucharán desde fuera de Mestalla.

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