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Quien hereda el panteon familiar en galicia
Reino de galicia ucraniana
En la actualidad, dos lenguas son oficiales y ampliamente utilizadas en Galicia: el gallego autóctono, una lengua románica estrechamente relacionada con el portugués, con el que comparte la literatura medieval gallego-portuguesa; y el español, habitualmente llamado castellano. Aunque la mayoría de los gallegos son bilingües, una encuesta de 2013 informó que el 51% de la población gallega hablaba gallego con mayor frecuencia en su día a día, mientras que el 48% utilizaba el castellano con mayor frecuencia[12].
El nombre evolucionó durante la Edad Media de Gallaecia, a veces escrito Galletia, a Gallicia. En el siglo XIII, con la aparición escrita de la lengua gallega, Galiza se convirtió en la forma escrita más habitual del nombre del país, siendo sustituida durante los siglos XV y XVI por la forma actual, Galicia, que es también la grafía del nombre en español. La denominación histórica de Galiza volvió a popularizarse a finales del siglo XIX y las tres primeras cuartas partes del XX, y aún hoy se utiliza con cierta frecuencia. La Xunta de Galicia, el gobierno local descentralizado, utiliza Galicia. La Real Academia Gallega, institución encargada de regular la lengua gallega, aunque reconoce Galiza como una denominación actual legítima, ha declarado que el único nombre oficial del país es Galicia[18].
Reino de galicia iberia
Situación política en el norte de la Península Ibérica hacia 1065: Los dominios de García II (Galicia) Badajoz, debiendo tributo a García Sevilla, debiendo tributo a García Los dominios de Alfonso VI (León) Toledo, debiendo tributo a Alfonso Los dominios de Sancho II (Castilla) Zaragoza, debiendo tributo a Sancho
En el reparto de los bienes de su padre en 1065, García recibió el condado de Galicia, “elevado a la categoría de reino”,[3] que se extendía por el sur hasta el río Mondego en Portugal con las parias de la taifa de Badajoz[3] y Sevilla;[4] su hermano mayor Sancho recibió el reino de Castilla y las parias de la taifa de Zaragoza. [5] [6] El segundo hijo y favorito de su padre, Alfonso, salió mejor parado de este reparto, recibiendo un ampliado Reino de León[5] que invadía tierras que históricamente habían sido castellanas y gallegas. El reino gallego de García era el más problemático, ya que incluía tierras al sur del Duero sobre las que sólo se había restablecido un control administrativo firme con la reconquista de Coimbra el año anterior a la muerte de Fernando. Además, Fernando había iniciado un proceso destinado a debilitar la antigua casa comital para poner a los nobles más bajo el control real directo, pero que aún no había finalizado a su muerte. Además, los obispos de Lugo y Santiago competían por la preeminencia.
Historia de galicia
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Urraca de Zamora (1033/34 – 1101) fue una infanta leonesa, una de los cinco hijos de Fernando I el Grande, que recibió en herencia la ciudad de Zamora y ejerció en ella la autoridad palatina. Su historia fue romantizada en el cantar de gesta llamado Cantar de Mio Cid, y en la Crónica del Cid de Robert Southey.
Antes de su muerte en 1065, Fernando dividió sus amplias conquistas en el centro de España entre sus cinco hijos, encargándoles que vivieran en paz entre ellos. El hijo mayor de Fernando, Sancho II, recibió Castilla y el tributo de Zaragoza; Alfonso VI, León y el tributo de Toledo; y García II, Galicia. Sus hijas, Elvira y Urraca, recibieron Toro y Zamora respectivamente.
Urraca de padres leoneses
El Reino de Galicia (gallego: Reino de Galicia, o Galiza; español: Reino de Galicia; portugués: Reino da Galiza; latín: Galliciense Regnum) fue una entidad política situada en el suroeste de Europa, que en su cenit territorial ocupó todo el noroeste de la Península Ibérica. Fue fundado por el rey suevo Hermerico en el año 409, y su capital se estableció en Braga[1] Fue el primer reino que adoptó oficialmente el catolicismo. En 449, acuñó su propia moneda. En 585, pasó a formar parte del Reino Visigodo. En el siglo VIII, Galicia pasó a formar parte del recién fundado Reino cristiano de Asturias, que más tarde se convertiría en el Reino de León, al tiempo que alcanzaba ocasionalmente la independencia bajo la autoridad de sus propios reyes[2] Compostela se convirtió en la capital de Galicia en el siglo XI, mientras que la independencia de Portugal (1128) determinó su límite sur. El acceso del rey castellano Fernando III al reino leonés en 1230 puso a Galicia bajo el control de la Corona de Castilla.