Incluso con la resaca emocional en el cuerpo, todo ayer el equipo Sevilla Fútbol Club reunido, en privado, en el estadio Sánchez Pizjuán para celebrar la hazaña de anoche contra el Inter de Milán. Un Sevilla que ganó 3-2 a la selección italiana en un partido muy disputado y con una final apasionante en la que el conjunto sevillano logró certificar su sexta Europa League.
Desde dentro, y por primera vez en su carrera profesional, el zaragozano lo vivió Oliver Gonzalo, jefe de rehabilitación de lesiones del equipo durante un año, después de ser como preparador físico de Casademont Zaragoza durante más de diez años. “Las sensaciones de haber vivido esto fueron extraordinarias”, comentó nuevamente Gonzalo con la sensación de haber tenido la Copa en sus manos unas horas antes.
Gonzalo explicó que era una competición “un poco especial” por la situación de crisis sanitaria donde todo el equipo sabía que “era todo o nada”. Por ello, jugadores y entrenadores se han concentrado en Alemania durante 15 días. “Había mucha tensión y exigencia porque la Europa League es la competición favorita del Sevilla y todo el mundo tenía mucha confianza”.
Después de fiesta de ataque al corazón“Muy digna de una final”, aseguró Gonzalo que “el esfuerzo ha sido muy exigente” y que “después de tanta tensión y tan rara temporada, la satisfacción es enorme”. En un deporte como el fútbol, el más difícil de todos han sido meses de no poder entrenar con normalidad y más cuando todavía se avecina una competición tan importante como la organizada hace dos días en Colonia. “Cuando regresamos en mayo, comenzamos a entrenar con grupos de tres y no podían interactuar entre ellos y todos tenían su pelota y siempre a una distancia prudencial ”, recuerda Gonzalo. Pese a ello, ahora ha pasado lo peor, con un resultado positivo en la plantilla tras seis días de descanso tras acabar la Liga. “Teníamos diez días para preparar el sorteo ante la Roma y tuvimos que encerrarnos en casa durante tres días y hacer entrenamientos telemáticos y luego seguir con muchas medidas de seguridad”.
En ese momento, el club sabía que había mucho en juego porque “ser eliminados de una competencia que nos hemos merecido el derecho a competir en la cancha por algo que está pasando de afuera, hubiera sido algo difícil de digerir, así que no solo tuvimos la tensión del parte competitiva, pero también la exigencia y el rigor que tienes con todas las medidas a seguir ”.
Ahora, tras haber pasado del baloncesto al fútbol por la puerta de entrada, Gonzalo se prepara para su merecido descanso para llegar a la próxima temporada con la selección 100% sevillana.