Se puede andar con una rotura fibrilar

Rectus femoris tear lump (desgarro del recto femoral)

Los doctores D Laurent, L Walsh, A Muaremi, N Beckmann, Eckhard Weber, F Chaperon, H Haber y M Schieker son empleados de Novartis y pueden poseer acciones de Novartis. Los doctores J Goldhahn, A Klauser y M Blauth declaran no tener ningún conflicto de intereses. El estudio fue financiado por Novartis.

Reprints and PermissionsAbout this articleCite this articleLaurent, D., Walsh, L., Muaremi, A. et al. Relationship between tendon structure, stiffness, gait patterns and patient reported outcomes during the early stages of recovery after an Achilles tendon rupture.

Sci Rep 10, 20757 (2020). https://doi.org/10.1038/s41598-020-77691-xDownload citationShare this articleAnyone you share the following link with will be able to read this content:Get shareable linkSorry, a shareable link is not currently available for this article.Copy to clipboard

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Tiempo de recuperación del desgarro del gastrocnemio

Los pequeños desgarros de este tendón causan dolor o dificultan la marcha y la participación en otras actividades cotidianas. Un desgarro completo del tendón del cuádriceps es una lesión incapacitante. Casi siempre requiere una intervención quirúrgica, seguida de fisioterapia para recuperar el movimiento y la función plenos de la rodilla.

Los cuatro músculos del cuádriceps se unen justo por encima de la rótula para formar el tendón del cuádriceps. El tendón del cuádriceps une los músculos del cuádriceps a la rótula. La rótula está unida a la tibia por el tendón rotuliano. Trabajando juntos, los músculos del cuádriceps, el tendón del cuádriceps y el tendón rotuliano forman un mecanismo de poleas para enderezar la rodilla.

Cuando el tendón del cuádriceps se rompe completamente, el músculo deja de estar anclado a la rótula. Sin esta fijación, la rodilla no puede enderezarse cuando los músculos del cuádriceps se contraen. Los pacientes pueden experimentar una importante hinchazón o hematoma, o notar una hendidura o hueco si palpan la zona por encima de la rótula.

El desgarro del cuádriceps suele producirse cuando hay una carga pesada en la pierna con el pie plantado y la rodilla parcialmente flexionada. Piensa en un aterrizaje torpe de un salto mientras juegas al baloncesto. La fuerza del aterrizaje es demasiado para el tendón y éste se desgarra.

Rotura del tendón del cuádriceps sin tratar

La tendinopatía del tendón de Aquiles es probable que se produzca en hombres mayores de 30 años. La mayoría de las roturas del tendón de Aquiles se producen en personas de 30 a 50 años que son atletas recreativos (“guerreros de fin de semana”). Las roturas también pueden producirse en adultos mayores.

La tendinopatía del tendón de Aquiles suele estar causada por el uso excesivo o los movimientos repetidos durante la práctica de deportes, el trabajo u otras actividades. Por ejemplo, si haces muchos empujones o movimientos de parada y arranque cuando haces deporte, puedes sufrir microdesgarros en el tendón.

La rotura del tendón de Aquiles suele estar causada por un movimiento repentino y enérgico que tensiona el músculo de la pantorrilla. Esto puede ocurrir durante una actividad atlética intensa o incluso durante una simple carrera o salto. Los adultos de mediana edad son especialmente propensos a sufrir este tipo de lesión.

Los síntomas de la tendinopatía de Aquiles incluyen hinchazón en la zona del tobillo y dolor leve o intenso. El dolor puede aparecer de forma gradual o sólo cuando se camina o se corre. Es posible que tenga menos fuerza y amplitud de movimiento en el tobillo.

Los síntomas de una rotura del tendón de Aquiles pueden incluir un dolor repentino y agudo. La mayoría de las personas sienten u oyen un chasquido al mismo tiempo. Puede haber hinchazón y hematomas. Es posible que no pueda apuntar con el pie hacia abajo ni ponerse de puntillas.

Prueba de rotura del tendón del cuádriceps

La fascia plantar es una estructura importante en el pie, que ayuda, estabiliza el arco del pie durante el movimiento y proporciona absorción de impactos cuando el pie golpea el suelo. La inflamación de la fascia plantar tiene una alta incidencia y se le atribuyen múltiples factores. Sin embargo, la aparición de la ruptura de la fascia plantar no es frecuente. La inyección de corticosteroides en la fascia plantar se ha defendido durante mucho tiempo como la principal causa de ello. No obstante, en la literatura reciente se ha demostrado que las inyecciones de corticosteroides son seguras y ofrecen buenos resultados en el tratamiento de las patologías de la fascia plantar [1]. Se ha informado de la alta incidencia de la fascia plantar en deportistas activos [2, 3]. La fascitis plantar crónica también puede debilitar la fascia plantar y acabar provocando su rotura. Es necesario identificarla a tiempo, ya que el protocolo de tratamiento es diferente y más estricto.

Un hombre de 37 años de edad, médico, presentó un dolor agudo en el pie derecho asociado a una inflamación y una cojera. Es un deportista activo y sus quejas comenzaron mientras jugaba al fútbol sala. Mientras corría, sintió repentinamente un “chasquido” en la cara plantar del pie, y un fuerte dolor posterior. No pudo continuar con el juego y tuvo grandes dificultades para soportar el peso. Unas horas más tarde se dio cuenta de que su pie se había hinchado considerablemente en comparación con el izquierdo. Al preguntarle más, informó de que se le había diagnosticado fascitis plantar bilateral desde hacía 5 años y de que tenía antecedentes de múltiples inyecciones de corticosteroides, la última de ellas 4 semanas antes de la lesión en el mismo pie. En esta ocasión volvió a hacer deporte activo 2 semanas después de la inyección.