Josep Maria Bartomeu fue fotografiado ayer junto a Trincao tras firmar el contrato con el portugués pero su cabeza debe haber estado en otro lugar, en otro jugador, con el que cuesta imaginar que volverá a retratarse de forma amistosa. Leo Messi ha decidido dejar el Barça. Quiere hacerlo gratis. Y el club y su presidente buscan evitar tanto una cosa como otra. Le gusta pensar en Trincao.
Desde las oficinas nos aseguramos de que Bartomeu repita que es necesario mantenerlo como está y que no quiere seguir con el conflicto. Esto da la sensación de que es tarde, de que ni un encuentro cara a cara entre los dos evitaría lo que parece inevitable ayer y hoy.
El argentino lo contactó Manchester City de Pep Guardiola, el entrenador que más le sacó. Una reunión brutal convocada para sacudir la industria del fútbol. Sería el proyecto ganador que busca cuando cumpla 33 años, en la Liga más resonante del planeta y en un equipo donde, además, coincidiría con otro amigo. El Kun Agüero sería el nuevo compadre, el íntimo sustituto y compañero de Luis Suárez.
Aprobación de la FIFA
Según los informes, sus negociaciones con el City han comenzado y pueden ser fluidas, pero el acuerdo global no puede considerarse rápido. El Barça tiene la intención de luchar por Messi reclamando la validez de un contrato queAl parecer, esto se puede interpretar de forma contraria en función de los intereses.
Messi habría asegurado a los funcionarios del City que la cláusula de salida, en virtud de la temporada inusual y extendida, le permitiría irse por el bien de la entidad azulgrana. La FIFA protegería al jugador y le otorgaría el traspaso si el club de Manchester lo solicitaba. Queda por ver si los ingleses quieren entrar en la refriega con el Barça, que entienden que la cláusula está clara, tenían margen máximo hasta el 10 de junio para salir libremente, y Burofax solo puede interpretarse como una forma de presión.
Lo que parece llevar el conflicto en dos direcciones: o el Barça y Messi van a los tribunales a ver qué compensación decide un juez un día, con el desgaste de ambos que supondría, además de triste después de tantos años, o se ‘sentar. a discutir, con el City en el teléfono, el tipo de operación que permitiría marcharse al argentino, dejando a unos millones en la zona batida del Barcelona y de paso a unos cuantos jugadores de intercambio.
Aparición de normalidad
Bartomeu, a día de hoy, se resiste a abandonar al mejor futbolista de la historia. No quiere ser el presidente que deja escapar al Rosario, insiste. No quiere venderlo y cree que tiene la ley, a la que no quiere apelar, de su lado. Pero Messi es inflexible en su determinación de dejar su base en Castelldefels. Y cuando una estrella quiere irse, la historia -Neymar aparte- muestra que normalmente se sale con la suya.
Al parecer, el club dejó en claro ayer que no pasaba nada anormal en sus turbulentos intestinos. La crisis institucional provocada por la rudeza de Messi ha sido tratada como una crisis deportiva con la aparición de Ramon Planes, el nuevo secretario técnico y el primero en abrir oficialmente la boca al club desde el estallido de la guerra de Burofax.
No contemplamos Sin salida de Messi a nivel contractual. Queremos que te quedes. Nuestra idea es construir un ciclo ganador alrededor del mejor jugador del mundo, dijo. Lo hizo luego de una conversación informal con el CEO Òscar Grau y el gerente del primer equipo Javier Bordas en el evento con Trincao.
La convulsión por la salida de Messi se da en un escenario electoral en el que se enfrentan los candidatos que castigan verbalmente a la dirigencia más fuerte de Bartomeu y exigen su renuncia, algo que el presidente aún no contempla. a pesar de los gritos ensordecedores a su alrededor. Uno de estos aspirantes al trono del club, Jordi Farré, aprovechó el atropello con rápidos trámites para lanzar la moción de censura.
A las órdenes de Koeman
Messi se ha convertido en un arma arrojadiza electoral pero no en un futbolista temperamental, por eso, dependiendo de su entorno, está listo para presentarse a las pruebas médicas del domingo y entrenar bajo las órdenes de Koeman a partir del lunes para no caer. en indisciplina. algunos.
Allí se verán las caras con Busquets y Ansu Fati, que ayer adelantaron su regreso a los entrenamientos, y el resto de sus compañeros. También, a la fuerza, con otros rechazados por el técnico. Por tanto, algunos parecerán estimulados por el carácter exigente de Koeman y otros, como el propio Messi, con la cabeza en otra parte. Como ayer Bartomeu con Trincao.