De ser elegido presidente, Barack Obama abrirá un nuevo capítulo en las relaciones con España y trabajará con el país en temas como la prevención del terrorismo y el cambio climático, según dijo en entrevista con Efe el senador demócrata.
Los vínculos bilaterales entre Washington y Madrid se enfriaron a raíz de la salida de las tropas españolas de Irak en el 2004, pero Obama dejó claro que “como alguien que no apoyó nuestra invasión inicial de Irak no estoy en la misma posición que el (Gobierno del presidente George W.) Bush”.
En su primera entrevita con un medio escrito en español, Obama aseguró que la actual Casa Blanca se ha caracterizado por “juzgar a sus aliados en función de si respaldaron o no la agenda de Bush”.
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Actitud hacia la política exterior será distinta
Su actitud hacia la política exterior será distinta y se basará, dijo, en una diplomacia enérgica con la comunidad internacional.
De ahí que Obama diga que está listo para abrir un nuevo capítulo en las relaciones con España, un país con el que, de llegar a la presidencia, estrechará la colaboración en áreas de interés común, como la prevención del terrorismo, el cambio climático y los intercambios económicos transatlánticos.
“España ha sido siempre uno de los aliados más fuertes de Estados Unidos y queremos asegurarnos de que continuaremos trabajando en los asuntos que son importantes para los dos países”, explicó.
Esa misma actitud dialogante guiaría también la política exterior con América Latina, donde Obama está dispuesto a hablar con todos los países, incluidos aquellos que están ahora en la lista negra de Washington, como Cuba y Venezuela.
El senador de 46 años, que aspira a convertirse en el primer presidente negro de EEUU, ha sido objeto de fuertes críticas en las últimas semanas por parte de sus rivales republicanos que lo acusan de “ingenuidad, falta de experiencia y poco juicio” en materia de política exterior.
Obama señaló en un debate en julio del año pasado que estaba dispuesto a reunirse “sin condiciones” no sólo con el presidente venezolano Hugo Chávez y el líder cubano Raúl Castro, sino con otros jefes de Estado más polémicos como el iraní Mahmoud Ahmadinejad.
Sus declaraciones se han matizado últimamente y su campaña insiste ahora en que los encuentros irán precedidos de “preparativos”, lo que en el lenguaje diplomático equivale a las conversaciones entre funcionarios de segundo rango para determinar si hay motivos para que los líderes de los países se reúnan.
Obama confirmó en sus declaraciones a Efe que esa será la pauta que guíe el acercamiento con La Habana y Caracas.
Mencionó que “obviamente” será necesario dar “toda una serie de pasos antes de que tengamos ninguna conversación diplomática seria”.
Esos pasos deberían de ser mutuos. El senador apuntó que en el caso de Cuba el primer paso que daría su gobierno para mostrar su “buena fe” sería la relajación de las restricciones que afrontan los cubanos que viven en EEUU para enviar dinero o visitar a sus familiares en la isla.
Obama mencionó que en el caso de Caracas buscará, antes de cualquier discusión diplomática seria, desvelar “por completo” la relación del Gobierno de Chávez con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que, dijo, “ha sido muy perjudicial para la región”.
Varios documentos filtrados a la prensa del ordenador de “Raúl Reyes”, portavoz internacional de las FARC que murió junto a otras 25 personas en una operación militar de Colombia el pasado 1 de marzo contra un campamento de esa guerrilla en Ecuador, vinculan a Venezuela con la financiación del grupo terrorista.
Caracas niega las acusaciones.
Por lo demás, Obama, favorito a hacerse con la candidatura presidencial demócrata, reiteró que de llegar a la Casa Blanca buscará una vía para garantizar la ciudadanía a los 12 millones de indocumentados que se calcula viven en EEUU.
“Creo que es importante que tengamos una sólida seguridad fronteriza y que penalicemos a los empresarios que contratan de forma intencionada a indocumentados pero también creo que tenemos que buscar una vía para la ciudadanía”
para los que no tienen papeles, concluyó el senador.