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Dónde se encuentra el rastro
Si eres de los que les gusta mezclarse entre la gente, perderse por las calles sin rumbo fijo ni prisas, en busca de ofertas y gangas, bajo los gritos apasionados de los vendedores, que se confunden con melodías de música pop… eres un aficionado a los mercadillos.
El Rastro es el mercadillo por excelencia, su origen se remonta a la Edad Media y actualmente es uno de los iconos de la capital. Acércate al barrio de La Latina un domingo, en los alrededores de la Plaza de Cascorro y encontrarás puestos con sellos, bisutería, ropa étnica, abanicos, carteles de cine, discos de vinilo de la discografía española de todos los tiempos, el olor a cuero de la artesanía marroquí, objetos de colección de todo tipo, y mucho más. Disfruta de la cocina tradicional, tómate un vino y una tapa en una de las tabernas y respira el Madrid más castizo. Más información en http://www.elrastro.org/
En una zona privilegiada de la Sierra de Guadarrama, tiene lugar cada domingo este singular Rastro de Antigüedades de Navacerrada, donde se pueden encontrar artículos exclusivos y de segunda mano, de coleccionismo o artesanía. Muchos de los puestos, procedentes de todos los rincones de España, ofrecen productos de diferentes partes del mundo. No te pierdas este Rastro todos los domingos de 10h a 15h. Más información en http://www.aytonavacerrada.org/
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El Rastro de Madrid o simplemente el Rastro es el mercadillo al aire libre más popular de Madrid (España). Se celebra todos los domingos y festivos del año y está situado a lo largo de la Plaza de Cascorro y la Ribera de Curtidores, entre la calle Embajadores y la Ronda de Toledo (justo al sur de la estación de metro de La Latina).
El Rastro significa “la senda”. El mercado debe probablemente su nombre a las curtidurías que se encontraban en la Ribera de Curtidores. Muy cerca, a orillas del río Manzanares, había un matadero. El transporte de las reses sacrificadas desde el matadero hasta la curtiduría dejaba un rastro de sangre a lo largo de la calle[1]. Una etimología alternativa sugiere que el Rastro significaba antiguamente “fuera”, en referencia al hecho de que el Rastro estaba antiguamente fuera de la jurisdicción del tribunal del alcalde[2].
Según la normativa municipal, el Rastro se celebra todos los domingos y festivos del año, de 9 a 15 horas, en el barrio de Embajadores del Distrito Centro de Madrid. El Ayuntamiento de Madrid regula los mercados. Un máximo de 3.500 puestos cubren la zona que va desde la Plaza de Cascorro, con su estatua dedicada a Eloy Gonzalo, que fue un soldado español que luchó en la Guerra de la Independencia de Cuba en la que se distinguió y es considerado un héroe, en el norte, por la vía principal de la Ribera de Curtidores y calles adyacentes hasta la calle Embajadores en el este y la Ronda de Toledo y la Plaza del Campillo del Mundo Nuevo en el sur[3].
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Es el mercado al aire libre más popular de Madrid y uno de los más antiguos, ya que sus orígenes se remontan al siglo XV. Situado en el entorno de la calle Ribera de Curtidores, es una cita ineludible los domingos por la mañana y los días festivos, cuando más de 1.000 puestos y vendedores ambulantes tientan a los visitantes con multitud de artículos: baratijas, ropa de segunda mano y a precio reducido, antigüedades, artesanía, libros y discos… El mercado tiene un ambiente único y es un imán para turistas y madrileños que aprovechan su visita para combinar un poco de compras seguido de la habitual bebida y las tapas.
El mercado se extiende por una amplia zona delimitada por las calles de Toledo, Embajadores y Ronda de Toledo, en lo que se conoce como el barrio del Rastro. Uno de los recorridos más habituales de los visitantes es el que va desde la plaza de arriba (la popular Plaza de Cascorro) hasta la plaza de abajo (mercado de la Puerta de Toledo). Los compradores pueden adquirir antigüedades y un amplio surtido de curiosidades (marionetas, cómics de todas las épocas, radios y relojes antiguos, abanicos artesanales) y descubrir “calles temáticas” como la de San Cayetano -conocida como la “calle de los pintores”, ya que en sus tiendas y puestos se exponen numerosos óleos, acuarelas y reproducciones de grandes obras de arte. Como mercado por excelencia de Madrid, cuenta con una amplia mezcla de culturas y personajes típicos, entre los que destacan los barquilleros y los organistas callejeros que amenizan el baile típico madrileño, el chotis. La zona del Rastro también es conocida por sus bares y tabernas tradicionales, donde la costumbre habitual es disfrutar de unas cervezas acompañadas de tapas.
El horario del rastro
Todos los domingos por la mañana, desde 1740, la inclinada Ribera de Curtidores se llena de vendedores ambulantes que venden de todo, desde relojes antiguos hasta Nikes falsas, pasando por bolsos de cuero cosidos a mano y parafernalia de la época franquista. Bienvenido a El Rastro, uno de los mercados de pulgas más legendarios y caóticos de Europa. Hay muchas joyas ocultas, siempre que se esté dispuesto a regatear como un profesional y a dar algunos codazos.
Hay unos 3.000 puestos al aire libre, por lo que intentar llegar a todos es una tarea verdaderamente sísifo. Empiece por la Plaza de Cascorro, donde los lugareños se reúnen para tomar un vermú a media mañana y degustar tapas sin pretensiones; alrededor de la plaza encontrará vendedores de camisetas y bolsos. Siga el rebaño cuesta abajo, girando a la derecha en la bifurcación para explorar los puestos de antigüedades de la Plaza del General Vara del Rey. Entre en el Bar Santurce para tomar una copa de jerez y unas sardinas asadas antes de volver a la Ribera de Curtidores y bajar hasta la meta, la Ronda de Toledo.
No pierda de vista las reliquias religiosas centenarias, como rosarios, querubines e ídolos pintados a mano que no encontrará en ningún otro lugar, así como las icónicas sillas de diseño de Marcel Breuer, Panton o van der Rohe. Siempre se puede organizar el envío… con un precio.
