Trastorno límite de la personalidad

Test del trastorno límite de la personalidad

La división (también llamada pensamiento en blanco y negro o pensamiento de todo o nada) es el fracaso del pensamiento de una persona para reunir la dicotomía de las cualidades positivas y negativas de uno mismo y de los demás en un todo cohesivo y realista. Es un mecanismo de defensa habitual[1] El individuo tiende a pensar en los extremos (es decir, las acciones y motivaciones de un individuo son todas buenas o todas malas, sin término medio).

La escisión fue descrita por primera vez por Ronald Fairbairn en su formulación de la teoría de las relaciones objetales;[2] comienza como la incapacidad del bebé de combinar los aspectos satisfactorios de los padres (el objeto bueno) y sus aspectos insatisfactorios (el objeto insatisfactorio) en los mismos individuos, en lugar de ver lo bueno y lo malo como algo separado. En la teoría psicoanalítica esto funciona como un mecanismo de defensa[3].

El desdoblamiento crea inestabilidad en las relaciones porque una persona puede ser vista como la virtud personificada o el vicio personificado en diferentes momentos, dependiendo de si gratifica las necesidades del sujeto o las frustra. Esto, junto con oscilaciones similares en la experiencia y valoración del yo, conduce a patrones de relación caóticos e inestables, a la difusión de la identidad y a los cambios de humor[4] El proceso terapéutico puede verse muy obstaculizado por estas oscilaciones, porque el terapeuta también puede llegar a ser visto como todo bueno o todo malo. Para intentar superar los efectos negativos sobre el resultado del tratamiento, es necesario que el terapeuta realice interpretaciones constantes[5].

Criterios del trastorno límite de la personalidad

El trastorno límite de la personalidad (TLP) es una enfermedad mental grave que se centra en la incapacidad de gestionar eficazmente las emociones. El trastorno se produce en el contexto de las relaciones: a veces se ven afectadas todas las relaciones, a veces sólo una. Suele comenzar durante la adolescencia o al principio de la edad adulta.

Mientras que algunas personas con TLP tienen un alto funcionamiento en determinados entornos, su vida privada puede ser un caos. La mayoría de las personas con TLP tienen problemas para regular sus emociones y pensamientos, un comportamiento impulsivo y a veces imprudente, y relaciones inestables.

El diagnóstico de TLP se pasa por alto con frecuencia y se ha demostrado que un diagnóstico erróneo de TLP retrasa y/o impide la recuperación. El trastorno bipolar es un ejemplo de diagnóstico erróneo, ya que también incluye la inestabilidad del estado de ánimo. Hay diferencias importantes entre estas condiciones, pero ambas implican estados de ánimo inestables. Para la persona con trastorno bipolar, los cambios de humor existen durante semanas o incluso meses. Los cambios de humor en el TLP son mucho más breves y pueden producirse incluso en el mismo día.

Tratamiento del trastorno límite de la personalidad

El trastorno de identidad en el DSM se incluyó por primera vez como un diagnóstico independiente en la versión III (1980). En el DSM-IV (1994), se sustituyó por “Problema de identidad”, que no se definió como un trastorno mental en sí mismo, sino que se incluyó en un capítulo que contenía problemas que podían ser objeto de atención clínica. El trastorno de identidad se “rebajó” a problema de identidad, ya que las investigaciones indicaban que la angustia por la propia identidad es tan común que bien podría considerarse parte de la normalidad. En la práctica, si la angustia de una persona persistía o empeoraba, un problema de identidad solía ser sucedido por un diagnóstico de un trastorno real, como un trastorno del estado de ánimo o un trastorno límite de la personalidad. En el DSM-5 (2013), se eliminó el problema de identidad[1][2][3][4][5][6][7].

Síntomas del trastorno límite de la personalidad

El trastorno límite de la personalidad es una enfermedad marcada por un patrón continuo de variación del estado de ánimo, la imagen de sí mismo y el comportamiento. Estos síntomas suelen provocar acciones impulsivas y problemas en las relaciones. Las personas con trastorno límite de la personalidad pueden experimentar episodios intensos de ira, depresión y ansiedad que pueden durar desde unas horas hasta días.

Las personas con trastorno límite de la personalidad pueden experimentar cambios de humor y mostrar incertidumbre sobre cómo se ven a sí mismas y su papel en el mundo. En consecuencia, sus intereses y valores pueden cambiar rápidamente.

Las personas con trastorno límite de la personalidad también tienden a ver las cosas de forma extrema, por ejemplo, todo bueno o todo malo. Sus opiniones sobre otras personas también pueden cambiar rápidamente. Un individuo que un día es visto como un amigo puede ser considerado un enemigo o un traidor al día siguiente. Estos sentimientos cambiantes pueden conducir a relaciones intensas e inestables.

No todas las personas con trastorno límite de la personalidad experimentan todos los síntomas. Algunos individuos experimentan sólo unos pocos síntomas, mientras que otros tienen muchos. Los síntomas pueden desencadenarse por acontecimientos aparentemente ordinarios. Por ejemplo, las personas con trastorno límite de la personalidad pueden enfadarse y angustiarse por pequeñas separaciones de personas a las que se sienten cercanas, como los viajes de negocios. La gravedad y la frecuencia de los síntomas, así como su duración, varían en función del individuo y de su enfermedad.