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Dimension ambiental del desarrollo sostenible
Dimensión económica del desarrollo sostenible
La aplicación de la Agenda 2030 requiere un enfoque más holístico, coherente e integrado a nivel nacional, regional y mundial. Las políticas para aplicar la Agenda 2030 deben abordar las interrelaciones dentro del sector social, así como entre las dimensiones social, económica y medioambiental del desarrollo sostenible. Del mismo modo, las instituciones o mecanismos institucionales existentes que trabajan en el ámbito del desarrollo social tendrán que ajustar o ampliar el ámbito de trabajo para dar cabida a los nuevos mandatos derivados de los ODS.
Reconociendo la necesidad de reforzar la dimensión social del desarrollo sostenible, los Estados miembros, durante la 53ª sesión de la Comisión de Desarrollo Social (febrero de 2015), instaron a mejorar la coherencia política
1) dentro de los sectores sociales (es decir, las estrategias de erradicación de la pobreza, las políticas para promover el empleo y el trabajo decente y la inclusión social, las políticas para mejorar el acceso a la educación de calidad, la atención sanitaria básica, el agua potable, el saneamiento, las políticas específicas para grupos -jóvenes, personas mayores, personas con discapacidad, pueblos indígenas, etc.);
La dimensión medioambiental de la salud
Lograr la sostenibilidad seguirá haciendo posible la vida humana en la Tierra. La fotografía de la Canica Azul, tomada desde el Apolo 17 el 7 de diciembre de 1972, se convirtió rápidamente en un icono de la conservación del medio ambiente[1]: 7
La sostenibilidad es la capacidad de perdurar de forma relativamente continua en diversos ámbitos de la vida[2]. En el siglo XXI, se refiere en general a la capacidad de coexistencia de la biosfera de la Tierra y la civilización humana. La sostenibilidad también se ha descrito como “la satisfacción de las necesidades de la generación actual sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades” (Brundtland, 1987). Para muchos, la sostenibilidad se define a través de los ámbitos interconectados del medio ambiente, la economía y la sociedad[3]. A pesar de la creciente popularidad del término “sostenibilidad” y de su uso,[4] la posibilidad de que las sociedades humanas alcancen la sostenibilidad medioambiental ha sido, y sigue siendo, cuestionada, a la luz de la degradación medioambiental, la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, el consumo excesivo, el crecimiento de la población y la búsqueda por parte de las sociedades de un crecimiento económico ilimitado en un sistema cerrado[5].
La dimensión medioambiental del bienestar
El desarrollo sostenible es el paradigma general de las Naciones Unidas. El concepto de desarrollo sostenible fue descrito por el Informe de la Comisión Bruntland de 1987 como “un desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
El desarrollo sostenible tiene cuatro dimensiones – sociedad, medio ambiente, cultura y economía – que están entrelazadas, no separadas. La sostenibilidad es un paradigma para pensar en el futuro en el que las consideraciones medioambientales, sociales y económicas se equilibran en la búsqueda de una mejor calidad de vida. Por ejemplo, una sociedad próspera depende de un medio ambiente sano para proporcionar alimentos y recursos, agua potable y aire limpio a sus ciudadanos.
Cabe preguntarse cuál es la diferencia entre desarrollo sostenible y sostenibilidad. A menudo se piensa en la sostenibilidad como un objetivo a largo plazo (es decir, un mundo más sostenible), mientras que el desarrollo sostenible se refiere a los numerosos procesos y vías para lograrlo (por ejemplo, la agricultura y la silvicultura sostenibles, la producción y el consumo sostenibles, el buen gobierno, la investigación y la transferencia de tecnología, la educación y la formación, etc.).
Cuáles son las 7 dimensiones del desarrollo sostenible
Una de las estrategias clave del programa de sostenibilidad medioambiental del SRS para alcanzar los objetivos mencionados es la “eficiencia de los recursos y la responsabilidad climática”. El objetivo de esta estrategia es que la ciudad de Estocolmo (2020) desarrolle el SRS como un distrito que se esfuerza por conseguir un futuro sin combustibles fósiles, con pocos recursos y sin tóxicos. Los flujos de recursos están diseñados para ser circulares y para minimizar el impacto medioambiental y climático. La ciudad de Estocolmo sostiene que, para que el entorno construido sea robusto a lo largo del tiempo, es necesario que los recursos naturales se utilicen de forma eficiente y que los edificios se diseñen con alta calidad (Bibri y Krogstie 2020a).Todos los edificios nuevos del SRS se están construyendo como edificios de bajo consumo energético para reducir el uso de la energía. Están dotados de una envoltura de edificio bien aislada y de instalaciones eficientes desde el punto de vista energético, y los tejados se utilizan para generar electricidad y calefacción solar, lo que aumenta la producción de energía renovable (Stockholm City 2020). A este respecto, el Ayuntamiento de Estocolmo ha fijado estos requisitos energéticos a los promotores urbanos 55 kWh por m2 x año y un 30% de electricidad producida localmente por energías renovables. Estas normas energéticas están en el punto de mira debido a la conciencia de que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en Estocolmo provienen principalmente de la calefacción (42%) y la electricidad (20%). Los requisitos energéticos están asociados a los objetivos energéticos fijados por el SRS, como se muestra en la Tabla 3.