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Control de la ira
Ejercicios de control de la ira
Anger Management es una película de comedia estadounidense de 2003 dirigida por Peter Segal y escrita por David S. Dorfman. Protagonizada por Adam Sandler, Jack Nicholson, Marisa Tomei, Luis Guzmán, Woody Harrelson y John Turturro, la película cuenta la historia de un hombre de negocios que es condenado a un programa de control de la ira a cargo de un reputado terapeuta con métodos poco convencionales. Anger Management fue estrenada en los cines de Estados Unidos el 11 de abril de 2003 por Columbia Pictures. Recibió críticas mixtas y recaudó 195 millones de dólares con un presupuesto de 75 millones.
Veinticinco años después, Dave trabaja como secretario para un jefe irrespetuoso llamado Frank. El trauma de acoso que sufre Dave le hace evitar las muestras de afecto, como besar a su novia Linda en público. Sus problemas se ven agravados por su narcisista compañero de trabajo, Andrew, que es muy amigo de Linda y desea reavivar su relación sentimental.
Durante un vuelo, Dave pierde los nervios, aunque de forma leve, tras ser tratado irrespetuosamente por la azafata, lo que provoca que el comisario de vuelo le aplique una descarga eléctrica. Es detenido por “agredir” a la azafata y es condenado a un tratamiento de la ira a cargo del Dr. Buddy Rydell, un reputado terapeuta que se sentaba a su lado en el avión. La condena de Dave se amplía a 30 días después de que le rompa accidentalmente la nariz a una camarera mientras se defiende del bastón de un ciego.
Cuaderno de trabajo para el manejo de la ira
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No controlar la ira puede provocar diversos problemas, como decir cosas de las que te arrepientes, gritar a tus hijos, amenazar a tus compañeros de trabajo, enviar correos electrónicos imprudentes, desarrollar problemas de salud o incluso recurrir a la violencia física. Pero no todos los problemas de ira son tan graves. Por el contrario, tu ira puede consistir en perder el tiempo pensando en acontecimientos desagradables, frustrarse en el tráfico o desahogarse en el trabajo.
Controlar la ira no significa no enfadarse nunca. Por el contrario, implica aprender a reconocer, afrontar y expresar tu ira de forma saludable y productiva. El control de la ira es una habilidad que todo el mundo puede aprender. Incluso si crees que tienes tu ira bajo control, siempre se puede mejorar.
La danza de la ira
El control de la ira es un programa psicoterapéutico para la prevención y el control de la ira. Se ha descrito como el despliegue de la ira con éxito[1] La ira suele ser el resultado de la frustración, o de sentirse bloqueado o frustrado en algo que el sujeto considera importante. La ira también puede ser una respuesta defensiva al miedo subyacente o a los sentimientos de vulnerabilidad o impotencia[2]. Los programas de control de la ira consideran que ésta es una motivación causada por una razón identificable que puede analizarse y abordarse de forma lógica[1].
El objetivo ideal del manejo de la ira[3] es controlar y regular la ira para que no dé lugar a problemas. La ira es una emoción activa que llama a la persona que la siente a responder[4]: 4 Las personas entran en problemas de ira porque tanto el instigador como el instigado carecen de habilidades interpersonales y sociales para mantener el autocontrol[4]: 5 Las investigaciones sobre el afecto y la autorregulación muestran que
se produce porque los estados emocionales negativos suelen perjudicar el control de los impulsos.[5]: 5 Pueden entrenarse para responder a su ira como algo no deseado y desagradable en lugar de reaccionar ante su necesidad.[4]: 5 Hacer la vista gorda o perdonar es una herramienta para desactivar la ira.[4]: 5 Dormir lo suficiente, hacer ejercicio y llevar una buena dieta son herramientas que pueden ayudar a prevenir la ira.[4]: 6 Entre los profesionales que tratan con quienes tienen problemas para controlar la ira se encuentran los terapeutas ocupacionales, los consejeros de salud mental, los consejeros de drogas y alcohol, los trabajadores sociales, los psicólogos y los psiquiatras.
Mindfulness para controlar la ira
Hay tres tipos de ira que ayudan a determinar cómo reaccionamos ante una situación que nos hace enfadar. Estos son: La agresión pasiva, la agresión abierta y la ira asertiva. Si estás enfadado, el mejor enfoque es la ira asertiva. Son palabras mayores, pero comprueba qué significa realmente cada tipo.
A muchos no les gusta admitir que están enfadados, porque no les gusta la confrontación – esto se llama agresión pasiva. Esto se traduce en cosas como guardar silencio cuando se está enfadado, enfurruñarse, dejar las cosas para más tarde (posponer lo que hay que hacer) y fingir que “todo va bien”. La agresividad pasiva surge de la necesidad de tener el control. ¿Quieres que te ayude a lidiar con ella? Lee sobre la “ira asertiva”.
Por otro lado, muchas personas tienen tendencia a arremeter con ira y rabia, volviéndose física o verbalmente agresivas y a menudo pueden herirse a sí mismas o a los demás. A esto se le llama Agresión Abierta. Se manifiesta en peleas, intimidaciones, chantajes, acusaciones, gritos, discusiones, sarcasmos y críticas. La agresividad abierta surge de la necesidad de tener el control. ¿Quieres que te ayude a lidiar con la agresividad abierta? Lee sobre la “ira asertiva”. A veces, la ira puede desquitarse con la propiedad o incluso con nosotros mismos; véase la sección sobre autolesiones.