El lunes pasado, Peter Lim, el dueño de Valencia, reinició la “trituradora”. Despidió como técnico Albert celades y el rebote cayó la renuncia del ninguneado Cesar Sánchez como director deportivo. Dos nuevas “víctimas” de su gestión que llevaron a en seis años ha estado con el club, ha tenido seis entrenadores de alto nivel y seis directores deportivos.. El séptimo entrenador es Voro que este miércoles volverá a sus inicios como extintor contra el Athletic.
Nadie en Valencia sabe con certeza qué intenciones ha comprado el club, qué espera o por qué toma ciertas decisiones a pesar de sus repetidos fracasos. Nunca quiso ser entrevistado. El tiempo, sí, muestra dos certezas: que prefiere personas sin experiencia en puestos clave y que solo tuvo éxito cuando fue corregido. También muestra una sospecha: que el agente Jorge Mendes, su socio en otros negocios, está detrás de muchas de sus decisiones.
Éxito de dinamita
Hace un año, Valencia cerró la temporada más exitosa de la última década. Fue campeón de la Copa y fue clasificado por segunda temporada consecutiva para los Campeones. Hace unos años, parecía imposible, cuando Lim cambió de modelo después de dos temporadas cercanas al descenso, con un equipo devaluado y una creciente presión social para vender el club.
Entonces llegaron dos personas experimentadas, primero Mateu Alemany ejercer, con una autonomía acordada por escrito, el director general y deportivo, luego Marcelino García Toral para hacerse cargo del equipo. Pero a pesar de sus éxitos, Lim los echó en septiembre cuando pensaron que querían construir su propio modelo.
Luego llegaron Celades y Sánchez, sin experiencia en sus nuevos roles y que dejaron el equipo en caída libre y fuera de Europa. Con su llegada, el movimiento inicial de Lim se repitió, lo que, al aterrizar, obligó al club a rechazar el éxito. Pizzi como entrenador y pronto hizo lo mismo con Rufete como director deportivo. Todo para colocar en las dos posiciones para Nuno espíritu Santo, un hombre de Mendes de la gerencia de un modesto equipo portugués.
Luego vino la novela Gary Neville o Pako Ayestarán para el banco o José Ramón Alexanco para la gestión deportiva. Sus fracasos no fueron un obstáculo para insistir en la fórmula.
Calzoncillos de Murthy
En enero, el presidente Anil Murthy, quien tuvo la misma mala experiencia que su predecesor, Lay Hoon, perdió algo que podría explicarlo todo. En una entrevista con la revista The Athletic, aseguró que estaban buscando un entrenador que realizara “instrucciones del propietario como funcionario” y advirtió si usted está en esta posición (y se supone que en la gestión deportiva ) y comienzas a estar en desacuerdo “puedes ganar la Champions League, al día siguiente serás despedido”.