Es por tu bien edad recomendada

Por su propio bien final

Una de las quejas más comunes que escucho como bibliotecaria es “¿por qué los libros no tienen un sistema de clasificación?”. Aunque siempre consigo asentir cortésmente ante la angustia del usuario por el sexo/las palabrotas/la violencia (SSV) en los libros, mi estado interior es mucho más agitado. Esta pregunta tiende a irritar mi ira adolescente interior, es decir, me hace querer replicar de forma irracional (incluso poniendo los ojos en blanco) porque la idea de un sistema de clasificación de libros me resulta ridícula.

A la gente le gusta establecer una conexión entre las películas y los libros. “Si las películas pueden ser calificadas”, dice el argumento, “entonces los libros también pueden serlo”. Sin embargo, la conexión no es del todo relevante. Hay una gran diferencia entre la revisión y la calificación de las aproximadamente 500 películas que se estrenan al año y los cerca de 50.000 libros. Además, las películas generan mucho dinero. Los libros, no tanto. Claro que hay bestsellers, pero la industria del cine (479.200 millones de dólares) genera muchos más ingresos que la industria editorial (29.000 millones). ¿Quién va a pagar toda esta clasificación de libros?

Por tu propio bien: la crueldad oculta en la crianza de los hijos y las raíces de la violencialibro de alice miller

Hemos recopilado las respuestas a algunas de las preguntas más frecuentes sobre Family Link. Si ya estás utilizando la aplicación y tienes alguna pregunta, puedes consultar nuestro Centro de Ayuda para obtener más información.

Si un niño/adolescente ya tiene una cuenta, Family Link guiará a sus padres para vincular su cuenta a la de su hijo. Como parte de ese proceso, el niño/adolescente también puede necesitar descargar la aplicación Family Link (Niño/Adolescente) en su teléfono para completar el proceso de vinculación de las cuentas.

Para obtener los mejores resultados, recomendamos que los niños o adolescentes utilicen dispositivos Android con la versión 7.0 (Nougat) o superior. Los dispositivos con versiones de Android 5.0 y 6.0 (Lollipop y Marshmallow) también pueden ejecutar Family Link. Para obtener más información, consulte nuestro Centro de ayuda.

Sí, Family Link puede utilizarse para supervisar a los adolescentes (niños mayores de 13 años o la edad de consentimiento aplicable en su país). A diferencia de los niños menores de edad, los adolescentes tienen la capacidad de dejar de ser supervisados en cualquier momento, pero si lo hacen, usted será notificado y sus dispositivos serán bloqueados temporalmente e inutilizados.

Por su propio bien la novela

Un bebé no entenderá todo lo que haces ni por qué. Pero leer en voz alta a tu bebé es una maravillosa actividad compartida que puedes continuar durante años, y es importante para su cerebro.

Cuando los bebés cumplen un año, ya han aprendido todos los sonidos necesarios para hablar su lengua materna. Cuantos más cuentos leas en voz alta, más palabras oirá tu bebé y mejor podrá hablar.

Oír palabras ayuda a crear una rica red de palabras en el cerebro del bebé. Los niños cuyos padres les hablan y leen suelen conocer más palabras a los dos años que los niños a los que no se les ha leído. Y los niños a los que se les lee durante sus primeros años tienen más probabilidades de aprender a leer en el momento adecuado.

Pero quizá la razón más importante para leer en voz alta es que establece una conexión entre las cosas que más le gustan a tu bebé -tu voz y la cercanía a ti- y los libros. Pasar tiempo leyendo a tu bebé le demuestra que la lectura es importante. Y si a los bebés y a los niños se les lee a menudo con alegría, emoción y cercanía, empiezan a asociar los libros con la felicidad, y se crean nuevos lectores.

Por tu propio bien reseña

Por tu propio bien, el clásico contemporáneo que explora las graves, si no gravemente peligrosas, consecuencias que la crueldad de los padres puede acarrear a los niños de todo el mundo, es una de las obras centrales de Alice Miller, la célebre psicoanalista suiza.

Mi madre solía decir: “Todos somos víctimas de las víctimas”. Si uno reflexiona sobre este continuo, como hace Alice Miller, se da cuenta de que muchos de sus ejemplos de estudio de casos son tan inmediatos hoy como lo fueron siempre, ya que la violencia es un rasgo que se transmite a través de la experiencia y que se inserta tan infaliblemente en lo más profundo de la mente de un niño maltratado que permanece casi invisible hasta que se presenta una oportunidad para que florezca horriblemente dentro de su involuntario anfitrión.La lógica de la Sra. Miller y su visión de las raíces de la vi

Mi madre solía decir: “Todos somos víctimas de las víctimas”. Si uno reflexiona sobre este continuo, como hace Alice Miller, se da cuenta de que muchos de sus ejemplos de estudio de casos son tan inmediatos hoy como lo fueron siempre, ya que la violencia es un rasgo que se transmite a través de la experiencia y se inserta tan infaliblemente en lo más profundo de la mente de un niño maltratado que permanece casi invisible hasta que se presenta una oportunidad para que florezca horriblemente dentro de su involuntario anfitrión.La lógica de la Sra. Miller y su visión de las raíces de la violencia son claras y están bien dibujadas. La lógica de la Sra. Miller y su visión de las raíces de la violencia son claras y están bien trazadas. Señala con especial claridad uno de los grandes facilitadores de esta enfermedad, el silencio de la sociedad, de los testigos y de los propios maltratados, que permite que la enfermedad se incube y se extienda.El lector potencial no debe cometer el error de suponer que los análisis de la Sra. Miller sobre las causas y los efectos son de alguna manera anticuados, ya que el texto tiene ahora más de treinta años. En realidad, vemos constantemente ejemplos que bien podrían ser los de Miller en las noticias actuales.Este libro es claro y de fácil lectura. La Sra. Miller es concisa en su relato tanto de los hechos como de sus análisis. Sin embargo, el libro no es fácil de leer. Es perturbador, deprimente y a veces enfermizo. Es un cuento con moraleja para cualquiera que busque caminos hacia un mundo mejor, una herramienta de gestión, por así decirlo, para uno de nuestros recursos más preciados, nuestros niños.