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Como se formo la vida en la tierra
El origen de la vida
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Las primeras formas de vida conocidas son supuestos microorganismos fosilizados, encontrados en precipitados de respiraderos hidrotermales, que pueden haber vivido desde hace 4,28 Gya (mil millones de años), relativamente poco después de la formación de los océanos 4,41 Gya, y no mucho después de la formación de la Tierra 4,54 Gya.[1][2]
En biología, la abiogénesis, o informalmente el origen de la vida (OoL),[3][4][5][a] es el proceso natural por el que la vida ha surgido a partir de materia no viva, como los compuestos orgánicos simples. [6][4][7][8] Aunque todavía se desconocen los detalles de este proceso, la hipótesis científica predominante es que la transición de entidades no vivas a entidades vivas no fue un acontecimiento único, sino un proceso evolutivo de complejidad creciente que implicó la autorreplicación molecular, el autoensamblaje, la autocatálisis y la aparición de las membranas celulares[9][10][11] Aunque la ocurrencia de la abiogénesis es incontrovertible entre los científicos, sus posibles mecanismos son poco conocidos. Existen varios principios e hipótesis sobre cómo pudo ocurrir la abiogénesis[12].
Origen de la vida biología
La autorreplicación es cualquier comportamiento de un sistema dinámico que produce la construcción de una copia idéntica o similar de sí mismo. Las células biológicas, en un entorno adecuado, se reproducen por división celular. Durante la división celular, el ADN se replica y puede transmitirse a la descendencia durante la reproducción. Los virus biológicos pueden replicarse, pero sólo mediante el control de la maquinaria reproductiva de las células a través de un proceso de infección. Los virus informáticos se reproducen utilizando el hardware y el software ya presentes en los ordenadores. La autorreplicación en robótica ha sido un área de investigación y un tema de interés en la ciencia ficción. Cualquier mecanismo autorreplicante que no haga una copia perfecta (mutación) experimentará una variación genética y creará variantes de sí mismo. Estas variantes estarán sujetas a la selección natural, ya que algunas serán mejores para sobrevivir en su entorno actual que otras y las superarán.
Cuál fue el primer animal terrestre de la tierra
El experimento de Miller-Urey[1] (o experimento de Miller)[2] fue un experimento químico que simulaba las condiciones que se creían entonces (1952) en la Tierra primitiva y probaba el origen químico de la vida en esas condiciones. El experimento apoyaba entonces la hipótesis de Alexander Oparin y J. B. S. Haldane de que las supuestas condiciones de la Tierra primitiva favorecían las reacciones químicas que sintetizaban compuestos orgánicos más complejos a partir de precursores inorgánicos más simples. Considerado como el experimento clásico para investigar la abiogénesis, fue realizado en 1952 por Stanley Miller, supervisado por Harold Urey en la Universidad de Chicago, y publicado al año siguiente[3][4][5].
Tras la muerte de Miller en 2007, los científicos que examinaron los frascos sellados conservados de los experimentos originales pudieron demostrar que en realidad se produjeron más de 20 aminoácidos diferentes en los experimentos originales de Miller. Eso es mucho más de lo que Miller informó originalmente, y más de los 20 que se producen naturalmente en el código genético[6]. Pruebas más recientes sugieren que la atmósfera original de la Tierra podría haber tenido una composición diferente del gas utilizado en el experimento de Miller, pero los experimentos prebióticos siguen produciendo mezclas racémicas de compuestos simples a complejos -como el cianuro- en condiciones variables[7].
Los orígenes de la vida
El mundo del ARN es una etapa hipotética en la historia evolutiva de la vida en la Tierra, en la que las moléculas de ARN autorreplicantes proliferaron antes de la evolución del ADN y las proteínas. El término también se refiere a la hipótesis que postula la existencia de esta etapa.
Alexander Rich propuso por primera vez el concepto del mundo del ARN en 1962,[1] y Walter Gilbert acuñó el término en 1986[2]. Se han propuesto caminos químicos alternativos para la vida,[3] y es posible que la vida basada en el ARN no haya sido la primera en existir[2][4] Aun así, la evidencia de un mundo de ARN es lo suficientemente fuerte como para que la hipótesis haya ganado una amplia aceptación[1][5][6] La formación concurrente de los cuatro bloques de construcción del ARN fortaleció aún más la hipótesis[7].
Al igual que el ADN, el ARN puede almacenar y replicar información genética; al igual que las enzimas proteicas, las enzimas de ARN (ribozimas) pueden catalizar (iniciar o acelerar) reacciones químicas que son fundamentales para la vida[8] Uno de los componentes más importantes de las células, el ribosoma, está compuesto principalmente por ARN. Las moléculas de ribonucleótidos de muchas coenzimas, como la acetil-CoA, el NADH, el FADH y el F420, pueden ser restos supervivientes de coenzimas unidas covalentemente en un mundo de ARN[9].