Sociedad económica de amigos del país

Sociedad económica de amigos del país de filipinas

Continuando con el desarrollo del Ciclo de Conferencias ‘Málaga, España e Iberoamérica, hoy’, organizado por la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga para dar a conocer el proyecto Casa América en Málaga, Esther Cruces Blanco, directora del Archivo General de Indias, impartirá la conferencia ‘Instituciones, patrimonio histórico y conocimiento compartido a ambos lados del Atlántico’, este lunes 13 de diciembre, a las 19:00 horas, en el Salón de Actos de la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga.

El ponente analizará el alcance de los descubrimientos geográficos que cambiaron las bases del conocimiento y el imaginario sostenido desde la Antigüedad sobre lo que había más allá de Finisterre y las Columnas de Hércules.

Desde 1492 la travesía del Atlántico y desde 1513 los descubrimientos del Mar del Sur impulsaron la circunnavegación del planeta y la construcción del mundo moderno, como atestiguan los documentos. La globalización es un fenómeno que se inicia en el siglo XVI con las nuevas rutas marítimas del Atlántico y del Pacífico que transportan mercancías, bienes, personas, ideas, así como conocimientos y manifestaciones culturales y artísticas. El protagonismo político, económico y social de la Monarquía española requería de funcionarios y de la maquinaria administrativa del Estado, pero también de numerosos comerciantes y mercaderes, de aventureros y de quienes aspiraban a una vida mejor.

Cosmología antropocéntrica

Las Sociedades Económicas de Amigos del País eran asociaciones privadas establecidas en varias ciudades de la España de la Ilustración y, en menor medida, en algunos territorios españoles de ultramar, como Filipinas, Puerto Rico, Cuba, Guatemala, Chile, Venezuela, México y otros.

En España se atribuye a las organizaciones cierto éxito en el patrocinio de la actividad económica, el estímulo de nuevas industrias y la divulgación de los recientes avances en filosofía y ciencia (la mayoría de los cuales emanaban de Inglaterra, Francia y Alemania). Estas organizaciones eran autónomas, aunque debían ser autorizadas por la autoridad real, y su fortuna dependía de una combinación de la dedicación de los miembros locales, el patrocinio oficial y la receptividad de la comunidad local.

Los miembros solían proceder de la aristocracia local, del profesorado universitario, si había uno en la ciudad, de profesionales (por ejemplo, abogados) y de artesanos cualificados. Cabe destacar que, en las colonias del Nuevo Mundo, los primeros miembros de los movimientos independentistas procedían de las mismas categorías sociales.

Sociedad real de filipinas

Las Sociedades Económicas de Amigos del País eran asociaciones privadas establecidas en varias ciudades de la España de la Ilustración y, en menor medida, en algunos de los territorios españoles de ultramar, como Filipinas, Puerto Rico, Cuba, Guatemala, Chile, Venezuela y México, entre otros.

En España se atribuye a estas organizaciones cierto éxito en el patrocinio de la actividad económica, el estímulo de nuevas industrias y la divulgación de los recientes avances de la filosofía y la ciencia (la mayoría de los cuales emanaban de Inglaterra, Francia y Alemania). Estas organizaciones eran autónomas, aunque debían ser autorizadas por la autoridad real, y su fortuna dependía de una combinación de la dedicación de los miembros locales, el patrocinio oficial y la receptividad de la comunidad local.

Los miembros solían proceder de la aristocracia local, del profesorado universitario, si había uno en la ciudad, de profesionales (por ejemplo, abogados) y de artesanos cualificados. Cabe destacar que, en las colonias del Nuevo Mundo, los primeros miembros de los movimientos independentistas procedían de las mismas categorías sociales.

Sociedad económica de amigos del país

Las Sociedades Económicas de Amigos del País eran asociaciones privadas establecidas en varias ciudades de la España de la Ilustración y, en menor medida, en algunos de los territorios españoles de ultramar, como Filipinas, Puerto Rico, Cuba, Guatemala, Chile, Venezuela y México, entre otros.

En España se atribuye a las organizaciones cierto éxito en el patrocinio de la actividad económica, el estímulo de nuevas industrias y la divulgación de los recientes avances en filosofía y ciencia (la mayoría de los cuales emanaban de Inglaterra, Francia y Alemania). Estas organizaciones eran autónomas, aunque debían ser autorizadas por la autoridad real, y su fortuna dependía de una combinación de la dedicación de los miembros locales, el patrocinio oficial y la receptividad de la comunidad local.

Los miembros solían proceder de la aristocracia local, del profesorado universitario, si había uno en la ciudad, de profesionales (por ejemplo, abogados) y de artesanos cualificados. Cabe destacar que, en las colonias del Nuevo Mundo, los primeros miembros de los movimientos independentistas procedían de las mismas categorías sociales.