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Enfermedad de las piernas inquietas
qué vitaminas ayudan al síndrome de las piernas inquietas
El síndrome de las piernas inquietas (SPI), también llamado enfermedad de Willis-Ekbom, provoca sensaciones desagradables o incómodas en las piernas y una necesidad irresistible de moverlas. Los síntomas suelen aparecer a última hora de la tarde o al anochecer, y suelen ser más intensos por la noche cuando la persona está descansando, por ejemplo, sentada o tumbada en la cama. También pueden producirse cuando alguien está inactivo y sentado durante periodos prolongados (por ejemplo, al hacer un viaje en avión o ver una película). Dado que los síntomas pueden aumentar su gravedad durante la noche, puede resultar difícil conciliar el sueño o volver a dormir después de despertarse. Mover las piernas o caminar suele aliviar las molestias, pero las sensaciones suelen reaparecer una vez que se detiene el movimiento. El SPI se clasifica como un trastorno del sueño, ya que los síntomas se desencadenan al descansar e intentar dormir, y como un trastorno del movimiento, ya que las personas se ven obligadas a mover las piernas para aliviar los síntomas. Sin embargo, se caracteriza mejor como un trastorno neurológico sensorial con síntomas que se producen desde el propio cerebro.
tratamiento del síndrome de las piernas inquietas
La causa exacta del SPI es incierta, pero se cree que afecta al sistema nervioso. Puede ser genético (una condición que se da en familias). Si tus padres tuvieron SPI, tu riesgo de padecerlo es un 30-50% mayor.
El embarazo (generalmente en el último trimestre), también puede causar el SPI. El SPI provocado por el embarazo suele mejorar por sí solo un mes después del parto. Algunos medicamentos pueden provocar el SPI, por ejemplo, algunos antidepresivos, antihistamínicos sedantes y antipsicóticos como el haloperidol, la quetiapina o la olanzapina.
El síntoma más común del SPI es la necesidad imperiosa de mover la parte del cuerpo afectada, normalmente la pierna. Los síntomas pueden variar desde una leve sensación de inquietud en las piernas algunas tardes, hasta un problema más grave que se produce todas las tardes y noches (y, a veces, durante el día) y que perturba regularmente el sueño. Muchas personas se encuentran en algún punto intermedio entre estos extremos.
Si tiene una afección médica que causa o agrava el SPI, como la carencia de hierro, su tratamiento puede resolver los síntomas. Se puede aconsejar un cambio de medicación si se cree que un efecto secundario de un medicamento es el responsable.
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El síndrome de las piernas inquietas (SPI), ahora conocido como enfermedad de Willis-Ekbom (WED), es en general un trastorno de larga duración que provoca una fuerte necesidad de mover las piernas.[2][7] A menudo se produce una sensación desagradable en las piernas que mejora un poco al moverlas.[2] A menudo se describe como un dolor, un hormigueo o una sensación de arrastre.[2] Ocasionalmente, los brazos también pueden verse afectados. [Las sensaciones generalmente ocurren cuando se está en reposo y, por lo tanto, pueden dificultar el sueño[2]. Debido a la alteración del sueño, las personas con SPI pueden tener somnolencia diurna, baja energía, irritabilidad y un estado de ánimo deprimido[2]. Además, muchos tienen espasmos en las extremidades durante el sueño[8] El SPI no es lo mismo que el golpeteo habitual de los pies o el balanceo de las piernas[9].
Los factores de riesgo para el SPI son los niveles bajos de hierro, la insuficiencia renal, la enfermedad de Parkinson, la diabetes mellitus, la artritis reumatoide, el embarazo y la enfermedad celíaca[2][4][10] Varios medicamentos también pueden desencadenar el trastorno, como los antidepresivos, los antipsicóticos, los antihistamínicos y los bloqueadores de los canales de calcio. [Hay dos tipos principales[2]: uno es el SPI de inicio temprano, que comienza antes de los 45 años, es hereditario y empeora con el tiempo[2] y el otro es el SPI de inicio tardío, que comienza después de los 45 años, se inicia de forma repentina y no empeora[2]. El diagnóstico se basa generalmente en los síntomas de la persona, después de descartar otras posibles causas[6].
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El síndrome de las piernas inquietas (SPI) provoca una fuerte necesidad de mover las piernas. Las piernas se vuelven incómodas cuando se está acostado o sentado. Algunas personas lo describen como una sensación de arrastramiento, de hormigueo o de quemazón. Moverse hace que las piernas se sientan mejor, pero no por mucho tiempo. El SPI puede dificultar la conciliación del sueño y el mantenimiento del mismo.
En la mayoría de los casos, no se conoce la causa del SPI. En otros casos, el SPI está causado por una enfermedad o condición, como la anemia o el embarazo. Algunos medicamentos también pueden provocar un SPI temporal. La cafeína, el tabaco y el alcohol pueden empeorar los síntomas.
La mayoría de las personas que padecen el SPI tienen también una afección denominada trastorno de movimientos periódicos de las extremidades (PLMD). El PLMD es un trastorno en el que las piernas de una persona se mueven de forma incontrolada, normalmente durante el sueño. El PLMD y el SPI también pueden afectar a los brazos.