Asociacion para la memoria historica

franco asesinado

Allí, en el remoto pueblo de Priaranza del Bierzo, en la región norteña de León, su misión era localizar y exhumar una fosa común con los restos de 13 republicanos, conocidos por la historia como los 13 de Priaranza. Habían sido ejecutados por un grupo de la Falange, el movimiento fascista pro-franquista, el 16 de octubre de 1936.

La exhumación rompió el silencio sobre el destino de miles de civiles ejecutados durante la Guerra Civil de 1936-39 y el régimen franquista de 1939-75. Se calcula que 200.000 hombres y mujeres murieron en ejecuciones extrajudiciales durante la Guerra, y otros 20.000 republicanos asesinados por el régimen en los años de posguerra. Otros miles murieron como consecuencia de los bombardeos y en las cárceles y campos de concentración.

En la primavera de 2002, el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias pidió al gobierno español que cumpliera con el derecho internacional, instando a España a: realizar una exhumación adecuada de los cuerpos; devolver los restos a los familiares; organizar su entierro adecuado; y emprender una investigación judicial de los hechos que rodearon las desapariciones.

terror blanco (españa)

ALBA se enorgullece de anunciar el ganador del Premio ALBA/Puffin 2015 al Activismo por los Derechos Humanos: la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). Fundada por el periodista Emilio Silva en el año 2000, la Asociación ha llevado a cabo más de 150 exhumaciones y ha recuperado los restos de más de 1.300 víctimas del régimen de Franco, aproximadamente el 8% de los desaparecidos de España. Casi sin apoyo estatal, la Asociación ha colaborado con expertos forenses para crear una base de datos de ADN y ha trabajado para incluir los derechos de las víctimas y la justicia transicional en la agenda política de España. Gracias a su labor de defensa a nivel nacional e internacional, en 2003 el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas comenzó a incluir a España en sus informes.

La ceremonia de entrega tendrá lugar durante la celebración anual de ALBA en Nueva York, el 9 de mayo a las 14:30 horas, en la Japan Society (333 East 47th St. en Nueva York). Entradas | Comunicado de prensa | Comunicado de prensa

“Gracias a la labor de la ARMH, España ha podido romper el muro del olvido que envolvía a las víctimas de aquel espantoso periodo”, dijo el juez Baltasar Garzón, defensor de los derechos humanos y galardonado con el primer Premio ALBA/Puffin al Activismo en Derechos Humanos en 2011.

las atrocidades de la guerra civil española

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) es una organización española que recoge los testimonios orales y escritos sobre el Terror Blanco de Francisco Franco y excava e identifica sus cuerpos, que a menudo fueron arrojados a fosas comunes[1].

Emilio Silva y Santiago Macías fundaron la ARMH en diciembre de 2000[2]. Es un grupo de unos 50 arqueólogos, antropólogos y forenses españoles. El grupo trata de identificar los lugares de ejecución a través de registros y de entrevistas a los lugareños. A veces también reciben información anónima sobre ellos.

Los miembros voluntarios del grupo se reúnen en un lugar decidido para excavar la fosa común encontrada. Intentan exhumar los cuerpos e identificar los restos de las víctimas con pruebas de ADN y otros métodos forenses. En septiembre de 2006, la ARMH había realizado 40 excavaciones y encontrado restos de 520 víctimas[3]. En octubre de 2009, el grupo había identificado los restos de 1.700 víctimas[4].

fosas comunes del franquismo

A través de una comparación entre la España postfranquista y la Ucrania postsoviética, Oxana Shevel examina las respuestas estatales al reto de lidiar con una memoria histórica dividida. Ambos países se embarcaron en la transición de un régimen autoritario divididos por la memoria del pasado reciente, pero cada uno de ellos abordó este reto similar de forma muy diferente. Este artículo analiza la política de “democratización de la memoria” de España, centrada en la negativa del Estado a definir una memoria histórica común para el conjunto de la sociedad y en el reconocimiento oficial de la multiplicidad de memorias “personales y familiares”, y examina por qué no ha surgido hasta ahora una política comparable en Ucrania. Shevel considera la posible aplicabilidad de la solución española a Ucrania a la luz tanto de las realidades sociales como de las teorías sobre la construcción de la nación, en particular el debate sobre si la unidad nacional necesita una nación cultural y una memoria colectiva compartida, o si la unidad en una democracia puede construirse sobre otros cimientos.

1 Me gustaría agradecer a los dos revisores anónimos, así como a Mark D. Steinberg, Mario Carretero, Marie-Christine Doran, Lubomyr Hajda, Oleksandr Mel’nyk y Harris Mylonas sus comentarios y sugerencias sobre versiones anteriores de este artículo. Para el análisis de la OUN, su ideología, la geografía de sus operaciones y su posterior división en dos facciones y la compleja naturaleza del vínculo entre la OUN “original”, sus dos sucesores y el UPA, véase