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La caida de roma
El imperio romano
La frase “la caída de Roma” sugiere que algún acontecimiento cataclísmico acabó con el Imperio Romano, que se extendía desde las Islas Británicas hasta Egipto e Irak. Pero, al final, no hubo ningún esfuerzo a las puertas, ninguna horda de bárbaros que despachara al Imperio Romano de un solo golpe.
Por el contrario, el Imperio Romano cayó lentamente como resultado de los desafíos internos y externos, cambiando en el transcurso de cientos de años hasta que su forma fue irreconocible. Debido al largo proceso, diferentes historiadores han situado la fecha final en muchos puntos diferentes de un continuo. Tal vez la caída de Roma se entienda mejor como una recopilación de diversos males que alteraron una gran franja de la población humana a lo largo de muchos cientos de años.
En su obra maestra, La decadencia y caída del Imperio Romano, el historiador Edward Gibbon seleccionó el año 476 de la era cristiana, la fecha más mencionada por los historiadores. Esa fecha fue cuando Odoacro, el rey germánico de los torcilingios, depuso a Rómulo Augústulo, el último emperador romano que gobernó la parte occidental del Imperio Romano. La mitad oriental se convirtió en el Imperio Bizantino, con capital en Constantinopla (la actual Estambul).
Quién gobernó europa tras la caída de roma
Bárbaros, ruptura política, colapso económico, migraciones masivas, pillaje y saqueo. La caída del Imperio Romano se ha estudiado durante años, pero la genética, la climatología, la ciencia forense, los modelos de red y los estudios sobre la globalización han reconfigurado nuestra comprensión de uno de los acontecimientos más importantes de la historia de la humanidad. El doctor en historia y especialista Patrick Wyman acerca la vanguardia de la historia a los oyentes en un inglés sencillo y cercano.
Bárbaros, desintegración política, colapso económico, migraciones masivas, pillaje y saqueo. En la introducción de esta serie, el historiador doctorado Patrick Wyman le lleva a través de las líneas generales de la caída del Imperio Romano, uno de los acontecimientos más importantes de la historia.
Exploramos el mundo bárbaro más allá de las fronteras, centrándonos en los temibles godos que un día dejarían a un emperador muerto en el campo de batalla, saquearían la propia Roma y fundarían un reino propio dentro de las fronteras del imperio. El mundo bárbaro estaba estrechamente ligado a Roma, y esas conexiones son las que investigaremos hoy, a través de los ojos de un godo llamado Wulfila.
El libro de la caída de roma
El término “Caída del Imperio Romano” suele referirse a la caída del Imperio Romano de Occidente. El Imperio Romano fue, durante casi 500 años, la mayor superpotencia del mundo. Su eventual desaparición se atribuye a varias razones.
Roma contrarrestó durante muchos años las aventuras militares de tribus bárbaras como los godos, los vándalos y los germanos y las mantuvo bajo control. Sin embargo, hacia los últimos años del imperio las derrotas militares contra estas tribus debilitaron el imperio.
Cuando la expansión del Imperio Romano cesó y el ejército romano dejó de ganar conflictos contra enemigos ahora más fuertes que nunca, este suministro de esclavos se agotó. Esto afectó negativamente a la economía de Roma, que dependía enormemente de la fuerza de los esclavos.
Sin embargo, creó una brecha entre las dos partes y con frecuencia se peleaban por los recursos, los territorios y la ayuda militar. La parte oriental estaba más alejada de las molestas tribus bárbaras y, en consecuencia, prosperaba en circunstancias pacíficas.
El ejército romano era famoso por su disciplina y eficacia en el combate. El Imperio Romano debía su grandeza a sus legiones, que libraron numerosas guerras y las ganaron para expandir el imperio por Europa, Asia y el norte de África.
Wikipedia
La caída del Imperio Romano es una película épica estadounidense de 1964 dirigida por Anthony Mann y producida por Samuel Bronston, con guión de Ben Barzman, Basilio Franchina y Philip Yordan. La película está protagonizada por Sophia Loren, Stephen Boyd, Alec Guinness, James Mason, Christopher Plummer, Mel Ferrer y Omar Sharif.
Cuando terminó el rodaje de El Cid (1961), Anthony Mann vio en la librería Hatchards un ejemplar de la obra de Edward Gibbon, en seis volúmenes, titulada The History of the Decline and Fall of the Roman Empire (1776-1789). Propuso una adaptación cinematográfica del libro a Samuel Bronston, que aceptó producir el proyecto. Philip Yordan se encargó de escribir el guión, mientras que Charlton Heston iba a ser el protagonista. Sin embargo, Heston se echó atrás y aceptó protagonizar 55 días en Pekín (1963). Se contrató a destacados actores para que interpretaran varios papeles en la película. El guión final fue escrito por Ben Barzman y Basilio Franchina con un prólogo escrito por el historiador Will Durant. El rodaje comenzó en enero de 1963 y terminó en julio. Además, la película contó con el mayor plató de exteriores de la historia del cine en aquella época, una réplica del Foro Romano de 92.000 m2 (990.000 pies cuadrados).