En la ciudad sin limites

humo y espejos

Ecumenópolis es una palabra inventada en 1967 por el urbanista griego Constantinos Doxiadis para representar la idea de que, en el futuro, las zonas urbanas y las megalópolis acabarían fusionándose y habría una única ciudad mundial continua como progresión de las tendencias actuales de urbanización y crecimiento demográfico.

La transformación neoliberal que arrasó la economía mundial durante la década de 1980, y junto con ella el proceso de globalización que se aceleró, trajo consigo una profunda transformación en las ciudades de todo el mundo. Para esta nueva estructura económica centrada en las finanzas, el suelo urbano se convirtió en una herramienta de acumulación de capital, lo que tuvo profundos efectos en las principales ciudades de los países en desarrollo. En Estambul, que ya carecía de una tradición de planificación basada en principios, los administradores de la ciudad adoptaron ciegamente el enfoque neoliberal que anteponía el beneficio financiero a las necesidades de la gente; todo el mundo se peleó para conseguir una parte del botín; y el resultado es una megaciudad de 15 millones de habitantes que lucha con una malla de problemas que amenazan la vida.

sexo y lucidez

El tráiler puede ser engañoso pero eso no quiere decir que ‘En La Ciudad Sin Límites’ sea una decepción. Me recordó a una novela de Barbara Vine en la que se presenta a una familia y luego se muestran sutiles indicios de que no todo es lo que parece y hay secretos por descubrir. Se puede describir como un thriller porque el espectador se mantiene en constante suspense sobre el misterio de Max. Incluso las subtramas, como el romance de Carmen y Víctor, contribuyen a la caracterización. Antonio Hernández es un director competente y la forma en que establece la premisa y cuenta la historia es convincente. Hay algunas bonitas tomas panorámicas de París, pero eso parece añadir más misterio y complejidad a la historia. La partitura de Víctor Reyes, a veces suave y a veces errática, funciona bien. Me recuerda al trabajo de Philip Glass. La fotografía funciona adecuadamente. Las interpretaciones son sólidas, con Fernando Fernán Gómez y Leonardo Sbaraglia como dueños de la película. En el reparto, la bella Ana Fernández brilla, mientras que Geraldine Chaplin es convincente como la fría Marie. En La Ciudad Sin Límites” es producto de una excelente narración, una buena actuación, una muy buena dirección y un dinero bien invertido por los equipos de producción españoles y argentinos.

el último circo

CrossChange, Inspiring Cities y Placemaking Europe están organizando conjuntamente la proyección “en casa” de la película Ekumenopolis y la sesión de preguntas y respuestas en línea posterior el 14 de abril a las 19 CET.    Puedes participar en la sesión de proyección a través de este enlace.

Ekumenopolis: City Without Limits trata de construir una imagen del crecimiento urbano neoliberal en Estambul y arrojar luz sobre sus costes medioambientales y sociales. Estambul ha pasado de ser una ciudad industrial a una centrada en las finanzas y los servicios, compitiendo con otras ciudades del mundo por las inversiones en las últimas décadas, lo que ha transformado enormemente el tejido urbano y social de la ciudad. El documental reúne una variedad de voces al presentar a sociólogos, economistas, arquitectos, activistas sociales y los residentes de los asentamientos informales.

La historia de la película se relaciona con las historias recogidas en el libro de Placemaking Europe “Our City? Un libro que se centra en lo que se necesita para sentirse en casa en las ciudades. Las historias del libro pueden leerse aquí.

imago mortis

En la ciudad sin límites es una película hispano-argentina de 2002 dirigida por Antonio Hernández y protagonizada por Leonardo Sbaraglia, Fernando Fernán Gómez y Geraldine Chaplin.

La película fue nominada a cuatro premios Goya en 2003, ganando el premio al mejor guión original y Geraldine Chaplin el premio a la mejor actriz de reparto. Se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Berlín el 12 de febrero de 2002 y se estrenó en España el 1 de marzo de ese año[1].

Un joven, Víctor (Sbaraglia), llega a París, donde su familia se ha reunido en torno a su padre Max (Fernán Gómez), gravemente enfermo, un antiguo magnate que ahora se está deteriorando física y mentalmente. Max comienza a comportarse de forma muy extraña, ya que sus recuerdos y los del pasado de España empiezan a nublar su mente. Se aterroriza del personal que le atiende e intenta escapar de la clínica para encontrar a un hombre llamado Rancel. El resto de su familia asume que Max está loco y rápidamente comienzan a discutir el reparto de su herencia, pero Víctor se convence de que su padre está siendo perturbado por hechos reales, y está decidido a averiguar el motivo.