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guía fiscal de las empleadas del hogar 2021
También en la India se debate cada vez más sobre el trabajo de cuidados que realizan sobre todo las trabajadoras informales. Este artículo destaca algunos de los obstáculos y enfoques para proporcionar a estas trabajadoras del hogar la seguridad social, informados por las experiencias sobre el terreno.
Shanti es una trabajadora doméstica de Jharkhand. Llegó a Delhi hace 25 años y, gracias a un empleo regular, pudo comprar una casa en la ciudad y educar a sus sobrinos. En enero de este año, sufrió una enfermedad rara y potencialmente mortal -el síndrome de Stephen Johnson- y, con gran dificultad, su empleador la ingresó en una serie de hospitales. Shanti se recuperó lentamente tras recibir una atención de calidad. Todos sus gastos fueron pagados por su empleador de toda la vida. No tenía seguro. Como adivasi de Jharkhand, probablemente esté en la lista de elegibles para el Pradhan Mantri Jan Arogya Yojana (PMJAY), pero no lo sabía.
Hamida es una cuidadora que atiende a personas mayores que se recuperan de una operación. Originaria de Bihar, vino a Delhi para recibir atención médica en el AIIMS para su marido, que finalmente murió de una enfermedad renal. Para pagar sus deudas, Hamida se quedó en Delhi para trabajar en una agencia privada que proporciona asistentes médicos. Todas las mañanas deja a su hijo de 7 años al cuidado de unos vecinos, ya que no tiene acceso a una guardería. Su compañera de trabajo, Rani, encierra a sus hijas pequeñas en su casa de una sola habitación antes de hacer las guardias nocturnas para los pacientes ancianos, ya que tampoco tiene guardería.
Cobertura voluntaria. El acceso a la seguridad social es un derecho que debería tener todo trabajador, lo que en la práctica no ocurre necesariamente. La cobertura voluntaria es ineficaz porque carga a los trabajadores domésticos con la difícil tarea de convencer a sus empleadores para que los inscriban en un programa de seguridad social.
La cobertura se limita a los trabajadores a tiempo completo. Esto supone un gran obstáculo, ya que muchos trabajadores domésticos están empleados a tiempo parcial, por días o por horas. En Turquía, sólo los empleados a tiempo completo tienen derecho a la seguridad social a través del Instituto de la Seguridad Social (SGK).
Definición restrictiva del trabajo doméstico en la legislación. En algunos casos, la legislación nacional, ya sea a nivel del código laboral o de las leyes de seguridad social, define el trabajo doméstico asalariado de forma restrictiva en función de las tareas domésticas que conlleva. Esto dificulta la inclusión de algunos grupos profesionales que realizan trabajo doméstico, como los jardineros, los guardias de seguridad, los conductores privados y los que cuidan de los animales domésticos. La definición de las categorías de trabajo doméstico establecida en el Convenio nº 189 sirve de guía política para que los países adapten su legislación en consecuencia.
El artículo 22 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos estipula que toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social. Sin embargo, la realización del derecho humano a la seguridad social sigue siendo una declaración de intenciones más que un derecho exigible para una parte importante de la población mundial.
Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sólo el 29% de la población mundial está cubierta por sistemas de seguridad social completos que incluyen toda la gama de prestaciones, desde las prestaciones por hijos y familiares hasta las pensiones de jubilación. Mientras que el 71% -equivalente a 5.200 millones de personas- no está protegido, o lo está solo parcialmente (OIT, 2017).
Aunque las estimaciones globales ofrecen una perspectiva de la magnitud de la brecha de cobertura, existen disparidades sustanciales. Por ejemplo, los datos de la OIT muestran que mientras que casi el 90% de la población de 65 años o más en los países de ingresos medios-altos recibe una pensión de vejez, la cobertura efectiva de las prestaciones de vejez se acerca al 15% en los países de ingresos bajos (Durán-Valverde, F. et al., 2019).
Se estima que la mayoría de los trabajadores domésticos de todo el mundo están excluidos de la seguridad social o, si están cubiertos, disfrutan de un nivel de protección inferior en comparación con otros trabajadores (OIT 2016c). Esta exclusión, junto con los bajos salarios, la escasa seguridad laboral y las malas condiciones de trabajo, tiene consecuencias negativas para los trabajadores domésticos -la mayoría de los cuales son mujeres- tanto a corto como a largo plazo. Como resultado, muchos trabajadores domésticos están excluidos del acceso efectivo a la atención sanitaria, así como del acceso efectivo a la seguridad de los ingresos en caso de maternidad, lesión laboral, desempleo o vejez, lo que constituye una fuente adicional de vulnerabilidad para ellos y sus familias. Además, el 17% de los trabajadores domésticos son trabajadores migrantes, muchos de los cuales están excluidos de la protección social tanto en los países de acogida como de destino (OIT 2015c; 2016b). En este documento se analizan las lecciones aprendidas de los países que han ampliado la seguridad social a estos trabajadores.