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Ley de concurso de acreedores
Insolvencia en el balance
En contabilidad, la insolvencia es el estado de no poder pagar las deudas, por parte de una persona o empresa (deudor), a su vencimiento; se dice que los que están en estado de insolvencia son insolventes. Existen dos formas: la insolvencia de caja y la insolvencia de balance.
La insolvencia de tesorería se produce cuando una persona o empresa tiene suficientes activos para pagar lo que se le debe, pero no tiene la forma de pago adecuada. Por ejemplo, una persona puede poseer una gran casa y un coche valioso, pero no tener suficientes activos líquidos para pagar una deuda cuando ésta venza. La insolvencia de tesorería suele poder resolverse mediante la negociación. Por ejemplo, el cobrador puede esperar hasta que se venda el coche y el deudor acepte pagar una multa.
La insolvencia de balance se produce cuando una persona o empresa no tiene suficientes activos para pagar todas sus deudas. La persona o empresa puede entrar en quiebra, pero no necesariamente. Una vez que todas las partes aceptan las pérdidas, la negociación suele permitir resolver la situación sin necesidad de recurrir a la quiebra. Una empresa insolvente en su balance puede tener todavía suficiente efectivo para pagar su próxima factura a tiempo. Sin embargo, la mayoría de las leyes no permitirán que la empresa pague esa factura a menos que ayude directamente a todos sus acreedores. Por ejemplo, a un agricultor insolvente se le puede permitir que contrate a personas para que le ayuden a recoger la cosecha, porque no recogerla y venderla sería aún peor para sus acreedores.
Características de la ley de insolvencia
En contabilidad, la insolvencia es el estado de no poder pagar las deudas, por parte de una persona o empresa (deudor), a su vencimiento; se dice que quien se encuentra en estado de insolvencia es insolvente. Existen dos formas: la insolvencia de caja y la insolvencia de balance.
La insolvencia de tesorería se produce cuando una persona o empresa tiene suficientes activos para pagar lo que se le debe, pero no tiene la forma de pago adecuada. Por ejemplo, una persona puede poseer una gran casa y un coche valioso, pero no tener suficientes activos líquidos para pagar una deuda cuando ésta venza. La insolvencia de tesorería suele poder resolverse mediante la negociación. Por ejemplo, el cobrador puede esperar hasta que se venda el coche y el deudor acepte pagar una multa.
La insolvencia de balance se produce cuando una persona o empresa no tiene suficientes activos para pagar todas sus deudas. La persona o empresa puede entrar en quiebra, pero no necesariamente. Una vez que todas las partes aceptan las pérdidas, la negociación suele permitir resolver la situación sin necesidad de recurrir a la quiebra. Una empresa insolvente en su balance puede tener todavía suficiente efectivo para pagar su próxima factura a tiempo. Sin embargo, la mayoría de las leyes no permitirán que la empresa pague esa factura a menos que ayude directamente a todos sus acreedores. Por ejemplo, a un agricultor insolvente se le puede permitir que contrate a personas para que le ayuden a recoger la cosecha, porque no recogerla y venderla sería aún peor para sus acreedores.
Ley de insolvencia para particulares
La insolvencia es un término que se utiliza cuando una persona o empresa no puede seguir cumpliendo sus obligaciones financieras con los prestamistas a medida que las deudas van venciendo. Antes de que una empresa o persona insolvente se vea envuelta en un procedimiento de insolvencia, es probable que participe en acuerdos informales con los acreedores, como el establecimiento de acuerdos de pago alternativos. La insolvencia puede surgir de una mala gestión de la tesorería, una reducción de las entradas de efectivo o un aumento de los gastos.
Si el propietario de un negocio planea reestructurar la deuda de la empresa, debe elaborar un plan realista que muestre cómo puede reducir los gastos generales de la empresa y seguir llevando a cabo las operaciones comerciales. El propietario crea una propuesta que detalla cómo se puede reestructurar la deuda mediante reducciones de costes u otros planes de ayuda. La propuesta muestra a los acreedores cómo la empresa puede producir un flujo de caja suficiente para realizar operaciones rentables mientras paga sus deudas.
Hay numerosos factores que pueden contribuir a la insolvencia de una persona o empresa. La contratación por parte de una empresa de una gestión contable o de recursos humanos inadecuada puede contribuir a la insolvencia. Por ejemplo, el responsable de la contabilidad puede crear y/o seguir de forma inadecuada el presupuesto de la empresa, lo que provoca un gasto excesivo. Los gastos se acumulan rápidamente cuando sale demasiado dinero y no entra suficiente en la empresa.
Definición de insolvencia empresarial
En contabilidad, la insolvencia es el estado de no poder pagar las deudas, por parte de una persona o empresa (deudor), a su vencimiento; se dice que quien está en estado de insolvencia es insolvente. Existen dos formas: la insolvencia de caja y la insolvencia de balance.
La insolvencia de tesorería se produce cuando una persona o empresa tiene suficientes activos para pagar lo que se le debe, pero no tiene la forma de pago adecuada. Por ejemplo, una persona puede poseer una gran casa y un coche valioso, pero no tener suficientes activos líquidos para pagar una deuda cuando ésta venza. La insolvencia de tesorería suele poder resolverse mediante la negociación. Por ejemplo, el cobrador puede esperar hasta que se venda el coche y el deudor acepte pagar una multa.
La insolvencia de balance es cuando una persona o empresa no tiene suficientes activos para pagar todas sus deudas. La persona o empresa puede entrar en quiebra, pero no necesariamente. Una vez que todas las partes aceptan las pérdidas, la negociación suele permitir resolver la situación sin necesidad de recurrir a la quiebra. Una empresa insolvente en su balance puede tener todavía suficiente efectivo para pagar su próxima factura a tiempo. Sin embargo, la mayoría de las leyes no permitirán que la empresa pague esa factura a menos que ayude directamente a todos sus acreedores. Por ejemplo, a un agricultor insolvente se le puede permitir que contrate a personas para que le ayuden a recoger la cosecha, porque no recogerla y venderla sería aún peor para sus acreedores.