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Estatuto de los trabajadores 1980
Piquetes y huelga
En 1935, el Congreso aprobó la Ley Nacional de Relaciones Laborales (“NLRA”), dejando claro que la política de Estados Unidos es fomentar la negociación colectiva protegiendo la plena libertad de asociación de los trabajadores. La NLRA protege la democracia en el lugar de trabajo proporcionando a los empleados de los centros de trabajo del sector privado el derecho fundamental a buscar mejores condiciones de trabajo y la designación de una representación sin temor a represalias.
Sección 1.[§151. La negación por parte de algunos empleadores del derecho de los empleados a organizarse y la negativa por parte de algunos empleadores a aceptar el procedimiento de negociación colectiva conducen a huelgas y otras formas de conflicto o malestar industrial, que tienen la intención o el efecto necesario de sobrecargar u obstruir el comercio al (a) perjudicar la eficiencia, la seguridad o el funcionamiento de los instrumentos de comercio; (b) que se produzcan en la corriente de comercio; (c) que afecten, restrinjan o controlen materialmente el flujo de materias primas o de bienes manufacturados o procesados desde o hacia los canales de comercio, o los precios de dichos materiales o bienes en el comercio; o (d) que causen una disminución del empleo y de los salarios en un volumen tal que perjudique o perturbe sustancialmente el mercado de bienes que fluyen desde o hacia los canales de comercio.
Votación secreta antes de la huelga
Uno. La política de empleo es el conjunto de decisiones que tienen por objeto la consecución del equilibrio a corto, medio y largo plazo entre la oferta y la demanda de trabajo, en sus aspectos cuantitativos y cualitativos, así como la protección de las situaciones de desempleo.
Segundo. Las medidas de política de empleo previstas en esta Ley se adoptarán en el marco de la política económica del Gobierno para posibilitar y mantener el nivel de pleno empleo, mejorar la estructura ocupacional y promover la mejora de las condiciones de vida y trabajo.
(a) Incrementar el nivel de empleo, potenciando las industrias y sectores con uso intensivo del factor trabajo y a través de programas específicos dirigidos a fomentar la colocación de los trabajadores en el mercado laboral. dificultades de inserción en el mercado laboral.
d) Conseguir el mayor grado de transparencia en el mercado de trabajo mediante una adecuada gestión de la colocación y la adopción de medidas que permitan la información, orientación, formación y promoción profesional.
Salario medio de los trabajadores del automóvil en 1980
La Ley de Empleo de 1982 es una ley del Parlamento del Reino Unido (1982 c. 46), relacionada principalmente con los sindicatos. Aumentó las indemnizaciones para los despedidos por el cierre de la empresa y restringió las inmunidades de las que gozaban los sindicatos.
El gobierno conservador ya había aprobado la Ley de Empleo de 1980, que restringía la definición de piquete legal e introducía votaciones sobre la existencia del taller cerrado en los lugares en los que funcionaba, necesitando un 80% de apoyo de los trabajadores para mantenerse. La Ley de 1982 fue una respuesta directa a las consultas realizadas a partir del libro verde, Trade Union Immunities (Cmnd. 8128), publicado en enero de 1981[1].
No hemos pretendido transformar todo el marco de la ley de relaciones laborales… hemos tratado de proporcionar remedios específicos para los abusos reales, de promover una protección efectiva cuando se ha demostrado que es necesaria, y de corregir el desequilibrio del poder de negociación al que la legislación del último Gobierno había contribuido de forma tan significativa[2].
Ley de empleo de 1988
Un volumen creciente de investigaciones demuestra que la erosión del poder de negociación de los trabajadores y de la negociación colectiva ha conducido a la supresión de los salarios y al deterioro de la participación del trabajo en los ingresos. Al mismo tiempo, las propuestas políticas audaces y sólidas para reforzar el poder de negociación de los trabajadores han alcanzado un nuevo nivel de prioridad para el centro-izquierda. El presidente electo Joe Biden ha presentado una amplia propuesta para reforzar la capacidad de los trabajadores para formar sindicatos, y recientemente se ha aprobado en la Cámara de Representantes de EE.UU. una reforma integral de la Ley Nacional de Relaciones Laborales (NLRA).
Para apreciar plenamente la necesidad de una reforma integral de la legislación laboral es necesario comprender las graves deficiencias de la ley actual y cómo han sido explotadas a lo largo de los años por los empresarios que se resisten a los esfuerzos de sus trabajadores para formar sindicatos. Las deficiencias estructurales de la ley, exacerbadas por las enmiendas antisindicales a la NLRA en 1947 y ayudadas por una serie de fallos de la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) y de los tribunales, han permitido a los empresarios interferir en los esfuerzos de sus trabajadores por organizar sindicatos y derrotarlos, sin tener que afrontar consecuencias reales por ello. El efecto completo de estas tendencias puede verse analizando la drástica caída de la nueva sindicalización en la década de 1970, una trayectoria de la que el movimiento obrero nunca se ha recuperado.