Donde encontrar la vitamina d

Espinacas

La vitamina D es un grupo de secosteroides liposolubles responsables de aumentar la absorción intestinal de calcio, magnesio y fosfato, además de otros muchos efectos biológicos[1][2] En los seres humanos, los compuestos más importantes de este grupo son la vitamina D3 (también conocida como colecalciferol) y la vitamina D2 (ergocalciferol)[1][2][3].

La principal fuente natural de esta vitamina es la síntesis de colecalciferol en las capas inferiores de la epidermis de la piel mediante una reacción química que depende de la exposición al sol (concretamente de la radiación UVB)[4][5] El colecalciferol y el ergocalciferol pueden ingerirse a través de la dieta y de suplementos. [6][2] Sólo unos pocos alimentos, como la carne de los pescados grasos, contienen de forma natural cantidades significativas de vitamina D.[1][7] En EE.UU. y otros países, la leche de vaca y los sustitutos lácteos de origen vegetal están enriquecidos con vitamina D, al igual que muchos cereales para el desayuno. Las setas expuestas a la luz ultravioleta aportan cantidades útiles de vitamina D[1]. Las recomendaciones dietéticas suelen asumir que toda la vitamina D de una persona se toma por vía oral, ya que la exposición al sol en la población es variable y las recomendaciones sobre la cantidad de exposición al sol que es segura son inciertas en vista del riesgo de cáncer de piel[1].

Deficiencia de vitamina d

La vitamina D es tanto un nutriente que comemos como una hormona que produce nuestro cuerpo. Se trata de una vitamina liposoluble que, desde hace tiempo, se sabe que ayuda al organismo a absorber y retener el calcio y el fósforo; ambos son fundamentales para la formación de los huesos. Además, los estudios de laboratorio demuestran que la vitamina D puede reducir el crecimiento de las células cancerosas, ayudar a controlar las infecciones y reducir la inflamación. Muchos de los órganos y tejidos del cuerpo tienen receptores para la vitamina D, lo que sugiere funciones importantes más allá de la salud ósea, y los científicos están investigando activamente otras posibles funciones.

Pocos alimentos contienen vitamina D de forma natural, aunque algunos están enriquecidos con ella. Para la mayoría de las personas, la mejor manera de obtener suficiente vitamina D es tomar un suplemento, ya que es difícil ingerir suficiente a través de los alimentos. Los suplementos de vitamina D están disponibles en dos formas: vitamina D2 (“ergocalciferol” o previtamina D) y vitamina D3 (“colecalciferol”). Ambas son también formas naturales que se producen en presencia de los rayos ultravioleta-B (UVB) del sol, de ahí su apodo, “la vitamina del sol”, pero la D2 se produce en las plantas y los hongos y la D3 en los animales, incluidos los humanos. La producción de vitamina D en la piel es la principal fuente natural de vitamina D, pero muchas personas tienen niveles insuficientes porque viven en lugares donde la luz del sol es limitada en invierno, o porque tienen una exposición al sol limitada debido a que están en el interior la mayor parte del tiempo. Además, las personas con piel más oscura suelen tener niveles más bajos de vitamina D en sangre porque el pigmento (melanina) actúa como una sombra, reduciendo la producción de vitamina D (y también reduciendo los efectos perjudiciales de la luz solar en la piel, incluido el cáncer de piel).

Naranja

La vitamina D es tanto un nutriente que comemos como una hormona que produce nuestro cuerpo. Es una vitamina liposoluble que desde hace tiempo se sabe que ayuda al cuerpo a absorber y retener el calcio y el fósforo; ambos son fundamentales para la formación de los huesos. Además, los estudios de laboratorio demuestran que la vitamina D puede reducir el crecimiento de las células cancerosas, ayudar a controlar las infecciones y reducir la inflamación. Muchos de los órganos y tejidos del cuerpo tienen receptores para la vitamina D, lo que sugiere funciones importantes más allá de la salud ósea, y los científicos están investigando activamente otras posibles funciones.

Pocos alimentos contienen vitamina D de forma natural, aunque algunos están enriquecidos con ella. Para la mayoría de las personas, la mejor manera de obtener suficiente vitamina D es tomar un suplemento, ya que es difícil ingerir suficiente a través de los alimentos. Los suplementos de vitamina D están disponibles en dos formas: vitamina D2 (“ergocalciferol” o previtamina D) y vitamina D3 (“colecalciferol”). Ambas son también formas naturales que se producen en presencia de los rayos ultravioleta-B (UVB) del sol, de ahí su apodo, “la vitamina del sol”, pero la D2 se produce en las plantas y los hongos y la D3 en los animales, incluidos los humanos. La producción de vitamina D en la piel es la principal fuente natural de vitamina D, pero muchas personas tienen niveles insuficientes porque viven en lugares donde la luz del sol es limitada en invierno, o porque tienen una exposición al sol limitada debido a que están en el interior la mayor parte del tiempo. Además, las personas con piel más oscura suelen tener niveles más bajos de vitamina D en sangre porque el pigmento (melanina) actúa como una sombra, reduciendo la producción de vitamina D (y también reduciendo los efectos perjudiciales de la luz solar en la piel, incluido el cáncer de piel).

Yogur

La vitamina D es un grupo de secosteroides liposolubles responsables de aumentar la absorción intestinal de calcio, magnesio y fosfato, así como de otros muchos efectos biológicos[1][2] En los seres humanos, los compuestos más importantes de este grupo son la vitamina D3 (también conocida como colecalciferol) y la vitamina D2 (ergocalciferol)[1][2][3].

La principal fuente natural de esta vitamina es la síntesis de colecalciferol en las capas inferiores de la epidermis de la piel mediante una reacción química que depende de la exposición al sol (concretamente de la radiación UVB)[4][5] El colecalciferol y el ergocalciferol pueden ingerirse a través de la dieta y de suplementos. [6][2] Sólo unos pocos alimentos, como la carne de los pescados grasos, contienen de forma natural cantidades significativas de vitamina D.[1][7] En EE.UU. y otros países, la leche de vaca y los sustitutos lácteos de origen vegetal están enriquecidos con vitamina D, al igual que muchos cereales para el desayuno. Las setas expuestas a la luz ultravioleta aportan cantidades útiles de vitamina D[1]. Las recomendaciones dietéticas suelen asumir que toda la vitamina D de una persona se toma por vía oral, ya que la exposición al sol en la población es variable y las recomendaciones sobre la cantidad de exposición al sol que es segura son inciertas en vista del riesgo de cáncer de piel[1].