“Esto es lo más extraño que le han preguntado a Diego recientemente”, se rió un trabajador de gimnasia. El club de La Plata entrenó por la mañana en las instalaciones de la Estancia Chica Sports City. Un recinto bendecido por un tiempo gracias a la gloria divina de su entrenador. Al comienzo de la sesión, Maradona observa y conversa con su segundo El Gallego Méndez. Lo hace con su ya característica gorra Le coq Sportif, que está cada vez menos abarrotada. “Escúchame, Diego, un periodista español me pregunta si alguna vez has podido jugar para el Real Zaragoza”, dijo un empleado. El día 10, se echó a reír.
No es difícil encontrar personas que profesen una fe inquebrantable y algo pagana en Maradona. Algunas personas lo saben todo, o al menos lo dicen. Javier afirma ser un conocedor de su vida y sus milagros. “¿Sabías que Diego dijo que Zaragoza era un paraíso para los argentinos?”, Comenta. Esta frase vino después de comentar sobre la ilusión de tratar de contactar el mito de la Albiceleste para transmitir una pregunta simple. Una pregunta que se desprende del informe publicado en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN sobre el informe que el secretario técnico del Real Zaragoza Avelino Chaves hizo para el club de unos dieciséis años de Argentinos Juniors que “en tres años serán los mejores del mundo”, señaló en el documento. El sabio maradoniano había leído la historia. Y quería ayudarlo.
Javier conocía a un empleado de gimnasia y esgrima. Se encargaría de transferir la consulta de Zaragoza al técnico Rosario. Fue algo muy superfluo, ya que el Real Zaragoza nunca estuvo cerca de fichar a Maradona en el verano de 1976. Avelino Chaves lo conoció accidentalmente mientras hacía su trabajo de selección para Argentina . En ese momento, Diego estaba en la quinta a séptima categoría. Era popular por su éxito con Los Cebollitas, pero no había comenzado a cementar sus escaleras hacia el cielo. La secretaria técnica lo vio cuando los muchachos de la cantera salieron al campo para entrenar y hacer virguerias. Lo descubrió lanzando una pelota al cielo para domarla con una dulzura que activó las alarmas de sus ojos prodigiosos para la detección del talento. Después de escribir en el informe que la prioridad de transferencia era “alta”, se puso a trabajar pidiendo un precio. Pero la operación fue imposible; por su juventud, su familia y el régimen militar de Videla, que no permitió la salida de futbolistas menores de edad. La ventana se cerró. “Hubiera sido curioso ver a Diego en Zaragoza”, agregó el empleado del club River Plate.
La respuestaA lo largo del día, Maradona se encuentra con muchas situaciones extrañas. Todos se ciernen alrededor de su implacable centro gravitacional. Raro es el aficionado al fútbol argentino que no se siente atraído por él. Sin embargo, esta pregunta llevó al dios del fútbol romántico por mal camino. Esta historia no ha aparecido en ningún rincón de la pomposa literatura detrás de ella. “¿Sabes algo al respecto?” Aclara la pregunta. Después de soltar una risita, hubo un breve silencio, donde las dudas sobre esta situación se acumularon en su cabeza. Después de dibujar una pequeña muesca, se ajustó la gorra y soltó: “Oh, ¿Zaragoza? Lindo Es normal que el Real Zaragoza me quiera, ya ves, ¡si todos me quisieran! “
Diego continuó como si nada hubiera pasado. Como si nunca hubiera pasado. Como si supiera que al día siguiente le iban a preguntar lo mismo pero con otro club. Seguramente no le dio importancia a esta pregunta; Puede que ya lo hayas olvidado. Pero su respuesta da coherencia a esta historia. Cuando el Real Zaragoza quería y estaba tratando de agarrar lo más sagrado del fútbol argentino.