Un mono y un castillo

Crítica de la película the reason i jump

Los tres deseos de la infancia de la matriarca Julita se han cumplido: muchos niños, un mono y un castillo. Cuando su hijo menor se da cuenta de que su madre ha perdido la vértebra de su bisabuela asesinada, guardada durante tres generaciones, la familia se lanza a una extravagante búsqueda entre los extraños y maravillosos objetos que Julita ha atesorado en sus más de 80 años, revelando una galería de personajes muy pintoresca.

“Lo que los espectadores se llevan de Kids es la sensación de que, incluso después de 80 años de vida dura, todavía es posible vivir una existencia significativa, feliz e influyente”. – Jonathan Holland, The Hollywood Reporter

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La extraña octogenaria Julita Salmerón tenía tres deseos cuando era una joven recién casada: los niños (seis) venían de forma natural, e incluso el mono no era demasiado difícil, pero el castillo estaba fuera del alcance de una familia española normal y corriente de clase media. Luego, una herencia hizo que Julita fuera repentinamente súper rica y consiguió también su tercer deseo, con torreta, armaduras y lámparas de araña.

Con tanto espacio a su disposición, nunca tiró nada desde ese día. Si se abre cualquier armario, pueden salir a relucir los preciados detritus de toda una vida. Pero se abren, porque la crisis financiera española pone fin a la vida de castillo y Julita y su marido Antonio deben reducir drásticamente su tamaño. Sus hijos y nietos les ayudan en la mudanza. ¿Qué se puede tirar? ¿Y dónde están las dos vértebras, macabras reliquias, de la abuela de Julita, brutalmente asesinada durante la Guerra Civil española?

Filmado en diversos formatos a lo largo de 14 años por uno de los hijos de Julita, este entretenido y afectuoso retrato de una matriarca indomable e imposible y de su prole los capta haciendo frente a los caprichos de la vida, y celebra la poderosa y excéntrica fuerza de sus vínculos familiares. – SR

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Un encantador y rico retrato de la excéntrica matriarca Julita Salmerón y su familia. Con giros hilarantes e inesperados descubrimos cómo Julita consiguió sus tres deseos de la infancia: muchos niños, un mono y un castillo.

“Hay algo un poco mágico en Julita, algo de cuento de hadas” (Variety). Los tres deseos de la infancia de la matriarca Julita se han cumplido: muchos niños, un mono y un castillo. Pero cuando la crisis financiera golpea a España, la familia pierde su castillo, pero no su sentido del humor y su unidad familiar; y a través de la riqueza de los objetos atesorados por ella a lo largo de 81 años, se revela un rico retrato familiar.

Gustavo Salmerón, actor y director, (Madrid, España, 1970) ha trabajado como actor en más de treinta películas de directores de renombre internacional como Julio Medem, Agustín Villaronga, Manuel Gómez Pereira, J. Luis García Berlanga, Manuel Gutiérrez Aragón y Mario Camus, entre otros.

Además, obtuvo numerosos premios internacionales, entre ellos: Mejor Cortometraje en el Festival Internacional de Cine de Los Ángeles, la Placa de Oro en el Festival Internacional de Cine de Chicago, el Premio al Mejor Cortometraje (Brest) de Canal+ Francia.

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Julita está sentada en una mesa desordenada bajo un enorme óleo con densas sombras. Con los codos apoyados en el pintoresco mantel a cuadros, moja una galleta en un vaso alto de té, mastica ruidosamente y vuelve a mojarla después de cada bocado. La voz del director Gustavo Salmerón emerge desde detrás de la cámara: “Mamá, no sé cómo empezar el documental”, comenta, mientras Julita lee distraídamente el reverso del paquete de galletas. Con el paquete de galletas en la mano y un brillo juguetón en los ojos, Julita se lanza a enmarcar su vida en un cuento de hadas. “Había una vez una madre… o una mujer recién casada, que pidió tres deseos”. Aunque la idea de un cuento de hadas establece el enfoque del documental, la historia que se desarrolla está lejos de ser una fórmula o un cliché. “Los tres deseos eran”, continúa Julita, “tener muchos hijos, un mono… y un castillo”.

En su primer largometraje documental, Salmeron recopila un ecléctico conjunto de imágenes -múltiples acontecimientos familiares, conversaciones, escenas domésticas y celebraciones- en un cariñoso y festivo retrato de su vivaz y decidida madre. Han pasado 15 años entre el estreno de Muchos hijos, un mono y un castillo y el absurdo debut de Salmeron como director de Salad Days, un cortometraje cómico que toma como premisa el amor entre una trucha y una ensalada mixta que espera la muerte en la cámara frigorífica de un restaurante. El regreso de Salmerón a la dirección supone un cambio decisivo, alejándose de la teatralidad y la estilización de Días de ensalada para centrarse en lo personal y familiar.