San vicente de paul madrid

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El padre José María Román nos guía valientemente a través de ese bosque y de esa niebla. Su obra sobre San Vicente de Paúl, fruto de su reflexión y estudio, es la más reciente biografía de San Vicente y sale a la luz muy oportunamente en el cuarto centenario del nacimiento de San Vicente.

Como historiador profesional, el P. Román está capacitado para aplicar los métodos de la crítica histórica a la información que tenemos sobre la vida y la época de San Vicente. Al mismo tiempo, el P. Román es un sacerdote experimentado y es un competente guía y excelente intérprete de la espiritualidad de este Coloso de la caridad. Esta espiritualidad es analizada con maestría y detalle por el P. Antonio Orcajo en el segundo volumen de esta obra.

San Vicente fue un gigante, no sólo de la caridad, que fue su misión especial, sino también en otros campos de actividad. Como un gigante, su pensamiento abarca desde el norte de Escocia hasta Argelia y Madagascar, y desde París hasta Polonia. En sus últimos años, la mente activa de Vicente de Paúl podía organizar un plan de rescate de cautivos y, hacia el final de su vida, se preguntaba cuál sería el mejor método para librar al mundo de los piratas. De ese pensamiento pasó a hablar al primer grupo de Hijas de la Caridad sobre la importancia de la oración mental y el método que utilizaban para ello. Más tarde, ese mismo día, se le puede encontrar en el palacio real de París para el Consejo de Conciencia, en el que presenta sus sabias sugerencias para el nombramiento de obispos dignos en Francia. Por la noche podría estar planeando qué misioneros podría enviar a Madagascar para sustituir a los que murieron allí víctimas de la malaria.

pie : san vicente de paúl vs st geours de maremne

Como un pequeño homenaje a esta iglesia y a la Comunidad que allí celebra la fe, ofrecemos algunos datos históricos y artísticos de la Basílica de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa y San Vicente de Paúl, extraídos de la obra del Padre Fernando Espiago, “La Basílica de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. 100 años en Madrid 1904-2004”.

Una vez terminada la casa de García de Paredes, de 45 años, la Comunidad de Misioneros Vicentinos, cada día más numerosa, carecía de una iglesia donde celebrar el culto divino. Decidió construir una iglesia en honor a San Vicente de Paúl, su fundador. Se buscó a un notable arquitecto, D. Juan Bautista Lázaro, y una vez realizados y aprobados los planos, se iniciaron las obras.

El 29 de abril de 1900 se bendicen los terrenos situados a la derecha de la nueva casa, entre las calles de García de Paredes y la actual Fernández de la Hoz, en pleno barrio de Chamberí. El 29 de marzo de 1901, el entonces obispo de Madrid, don José María de Cos, puso la primera piedra. Las obras duraron cuatro años. El 23 de junio de 1904, el nuncio papal, monseñor Aristide Rinaldini, consagró e inauguró solemnemente la iglesia.

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El padre José María Román nos guía valientemente a través de ese bosque y esa niebla. Su obra sobre San Vicente de Paúl, fruto de su reflexión y estudio, es la más reciente biografía de San Vicente y sale a la luz muy oportunamente en el cuarto centenario del nacimiento de San Vicente.

Como historiador profesional, el P. Román está capacitado para aplicar los métodos de la crítica histórica a la información que tenemos sobre la vida y la época de San Vicente. Al mismo tiempo, el P. Román es un sacerdote experimentado y es un competente guía y excelente intérprete de la espiritualidad de este Coloso de la caridad. Esta espiritualidad es analizada con maestría y detalle por el P. Antonio Orcajo en el segundo volumen de esta obra.

San Vicente fue un gigante, no sólo de la caridad, que fue su misión especial, sino también en otros campos de actividad. Como un gigante, su pensamiento abarca desde el norte de Escocia hasta Argelia y Madagascar, y desde París hasta Polonia. En sus últimos años, la mente activa de Vicente de Paúl podía organizar un plan de rescate de cautivos y, hacia el final de su vida, se preguntaba cuál sería el mejor método para librar al mundo de los piratas. De ese pensamiento pasó a hablar al primer grupo de Hijas de la Caridad sobre la importancia de la oración mental y el método que utilizaban para ello. Más tarde, ese mismo día, se le puede encontrar en el palacio real de París para el Consejo de Conciencia, en el que presenta sus sabias sugerencias para el nombramiento de obispos dignos en Francia. Por la noche podría estar planeando qué misioneros podría enviar a Madagascar para sustituir a los que murieron allí víctimas de la malaria.

(11) san vicente – testigo digital @ outside lands

Como un pequeño homenaje a esta iglesia y a la Comunidad que allí celebra la fe, ofrecemos algunos datos históricos y artísticos de la Basílica de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa y de San Vicente de Paúl, extraídos de la obra del Padre Fernando Espiago, “La Basílica de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. 100 años en Madrid 1904-2004”.

El templo, iniciado en 1900, fue inaugurado en 1904 y el esplendor de su culto creció desde entonces. Las asociaciones de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa atrajeron a muchos fieles, hasta el punto de que la iglesia empezó a llamarse “Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa”. Incluso en las provincias, se hablaba de la iglesia como El Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.

En 1923, se organizó una peregrinación a Roma. La marcha fue presidida por el Cardenal Segura, entonces obispo de Coria, que más tarde fue rebautizado como el “Cardenal de la Medalla”. Se pidió al Papa Pío XI que diera el título de Basílica Menor a la Iglesia de San Vicente de Paúl.

El título de Basílica se había conseguido gracias a las Asociaciones de la Medalla Milagrosa. De ahí surgió el nombre de Basílica de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en el lenguaje popular. El documento, publicado en el Acta Apostolicae Sedis, y del que existe una copia auténtica en la Basílica, está firmado por el Cardenal Gasparri, Secretario de Estado. El nombre oficial es Basílica de San Vicente de Paúl.