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Mujeres en la historia de españa
Casarse con una mujer española
La mujer en EspañaRetrato de una mujer de España, siglo XIXEstadísticas generalesMortalidad materna (por cada 100.000)6 (2010)Mujeres en el parlamento41,2% (2018)Mujeres mayores de 25 años con estudios secundarios63,3% (2010)Mujeres en la población activa58,8% (tasa de empleoDefinición de la OCDE, 2019)[1]Índice de Desigualdad de Género[2]Valor0,070 (2019)Puesto16 Índice Global de Brecha de Género[3]Valor0,788 (2021)Puesto14
La situación de la mujer en España ha evolucionado desde la historia más temprana del país, la cultura y las normas sociales. A lo largo de los últimos años del siglo XX, España ha experimentado una transición de la España franquista (1939-1975), durante la cual los derechos de las mujeres estaban severamente restringidos, a una sociedad democrática donde la igualdad de género es un principio fundamental. Por ello, durante las últimas décadas la posición de la mujer en la sociedad española ha mejorado mucho. Las mujeres en la población española en general superan a los hombres en 900.000, sumando un grupo estimado de 24 millones (en julio de 2017)[4] Hasta el establecimiento de la separación de la Iglesia y el Estado en 1978, la Iglesia católica en España ha desempeñado un papel importante con respecto a las opiniones oficiales sobre el papel de la mujer en la sociedad.
Mujeres españolas famosas en la historia
Las mujeres en EspañaRetrato de una mujer de España, siglo XIXEstadísticas generalesMortalidad materna (por cada 100.000)6 (2010)Mujeres en el parlamento41,2% (2018)Mujeres mayores de 25 años con educación secundaria63,3% (2010)Mujeres en la población activa58,8% (tasa de empleoDefinición de la OCDE, 2019)[1]Índice de Desigualdad de Género[2]Valor0,070 (2019)Puesto16 Índice Global de Brecha de Género[3]Valor0,788 (2021)Puesto14
La situación de la mujer en España ha evolucionado desde la historia más temprana del país, la cultura y las normas sociales. A lo largo de los últimos años del siglo XX, España ha experimentado una transición de la España franquista (1939-1975), durante la cual los derechos de las mujeres estaban severamente restringidos, a una sociedad democrática donde la igualdad de género es un principio fundamental. Por ello, durante las últimas décadas la posición de la mujer en la sociedad española ha mejorado mucho. Las mujeres en la población española en general superan a los hombres en 900.000, sumando un grupo estimado de 24 millones (en julio de 2017)[4] Hasta el establecimiento de la separación de la Iglesia y el Estado en 1978, la Iglesia católica en España ha desempeñado un papel importante con respecto a las opiniones oficiales sobre la mujer’
El cuerpo típico de la mujer española
Esta disertación reexamina el surgimiento del feminismo en la España del siglo XIX. En este contexto histórico, las escritoras que obtuvieron reconocimiento pertenecían en su mayoría a las clases medias-altas: Fernán Caballero, Rosalía de Castro, Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán, por citar algunas. Sin embargo, a finales del siglo XIX también hubo un grupo de autoras de clase media-baja que promovieron el librepensamiento, la educación laica y la igualdad de derechos para las mujeres en la prensa. Desgraciadamente, sus contribuciones han sido en gran medida olvidadas e ignoradas por la crítica. El objetivo principal de este estudio es dar un merecido reconocimiento a tres autoras, cuyas obras contribuyeron en gran medida al auge del feminismo en España: Cándida Sanz, Rita Arañó e Isabel Peña.
Sostengo que estas autoras utilizaron estratégicamente el espiritismo y sus escritos para proponer un nuevo modelo de mujer híbrida: un ama de casa dedicada a su familia pero también comprometida con la educación por medio de la razón, el libre albedrío y el librepensamiento. Estas escritoras animaban a sus lectoras a seguir siendo domésticas, pero no domesticadas. Esta “actuación” aparentemente inofensiva fue posible porque estas nuevas mujeres híbridas encontraron métodos estratégicos para defender sus derechos sin desviarse del molde de su sociedad. También aprovecharon otros movimientos liberales y anticlericales llegados de Europa, como la masonería, el republicanismo y el socialismo, para educar a otras mujeres e introducirse en el mundo político de los hombres.
La mujer tradicional española
En el periodo de la Primera Guerra Mundial se produjo la actividad política más activa en torno a las actividades relacionadas con el consumo, como la escasez de bienes y servicios, los altos alquileres y los elevados precios de los bienes de consumo. El primer sindicato exclusivamente femenino se creó en este periodo, cuando las trabajadoras del tabaco se sindicaron en 1918 y consiguieron duplicar sus salarios.
A partir de la década de 1920 se intensificaron los esfuerzos de las mujeres por conseguir el derecho al voto, como parte de un movimiento occidental más amplio en el que las mujeres exigían la igualdad de derechos. La alfabetización de las mujeres también aumentó. Los socialistas siguieron ignorando a las mujeres. La comunista Dolores Ibárruri se unió al partido y pronto se convirtió en la jefa de su Comisión de Mujeres.
La Sección Varia de Trabajadoras anarco-colectivistas de Sabadell fue fundada por Claramunt y otras mujeres afines en 1884. En colaboración con el Ateneo Obrero, la organización buscaba la emancipación de hombres y mujeres a través de la educación. A finales de 1885 ya se había disuelto[4].
La Agrupación de Trabajadores fue creada como una organización laboral en 1891 por Claramunt para apoyar sus ideales feministas, y pronto organizó reuniones públicas. La organización argumentaba que las mujeres estaban siendo doblemente castigadas por la sociedad, ya que se esperaba que las mujeres trabajaran fuera de casa para mantener a la familia y, al mismo tiempo, satisfacer todas las necesidades domésticas de los hogares. La organización nunca tuvo mucho éxito en sus objetivos, ya que muchas mujeres trabajadoras no veían la necesidad de estar representadas por un sindicato[4].